Bajo las aguas cristalinas
del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, se extiende un
mundo tan fascinante como desconocido: las cuevas marinas sumergidas
y semisumergidas. Estas formaciones, fruto de miles de años de
interacción entre el mar y el sustrato principalmente volcánico,
que caracteriza este litoral, son un ejemplo del rico patrimonio
natural que alberga este espacio protegido. La Junta de Andalucía, a
través de medidas de conservación y sensibilización, trabaja para
preservar este delicado ecosistema, clave en el equilibrio ambiental
del Mediterráneo.
Actualmente, se han identificado 19 cuevas marinas en el Cabo de Gata, según el inventario realizado en el marco del programa europeo LIFE IP Intemares. Estas cuevas, algunas de las cuales superan los cuarenta metros de longitud, son hábitats fundamentales para invertebrados, peces y otras especies marinas. Si bien se conocen con bastante precisión algunas de sus comunidades marinas, como las praderas de Posidonia oceánica o de Cymodocea nodosa, ambas consideradas Hábitat de Interés Comunitario, hasta el momento no se habían estudiado en profundidad las comunidades de sustrato rocoso de este espacio. Los trabajos realizados por la Junta de Andalucía dentro del Proyecto Life IP Intemares se han centrado en dos hábitats con esta misma consideración a nivel europeo: las “Cuevas marinas sumergidas y semisumergidas” y los “Arrecifes”.
El hábitat de las cuevas marinas incluye cavidades situadas bajo el nivel del mar o expuestas al mismo, al menos en marea alta. Sus paredes, techos y fondos ofrecen un entorno idóneo para el desarrollo de comunidades biológicas que se encuentran en estas cavidades, así como una protección para muchos organismos frente a depredadores y condiciones ambientales adversas. Entre las especies propias de estos ambientes umbríos destacan crustáceos, esponjas, moluscos y algunas especies de peces endémicos.
Igualmente, estas cuevas juegan un papel fundamental en la reproducción y protección de diversas especies. Su oscuridad y relativa inaccesibilidad las convierten en lugares ideales para el desove y cría. Destacan, por ejemplo, la cueva ‘Túnel Naranja’, que cuenta con 45 metros de longitud y 6 metros de profundidad; la ‘Cueva del Francés-Grieta’ tiene 42 metros de longitud y 6 de profundidad; la ‘Cueva del Frío’ cuenta con 14 metros de longitud y 11 de profundidad, o ‘El Templo’, con 9,5 metros de longitud y 6 de profundidad.
Estas cavidades marinas no solo son un refugio para la vida marina, sino también una fuente de conocimiento para los científicos que investigan la biodiversidad del Mediterráneo. El mapeo detallado de estas formaciones, realizado como parte del programa Proyecto LIFE IP Intemares, ha permitido consolidar un registro exhaustivo de este tipo de hábitat en Andalucía. Este trabajo ha sido esencial para implementar medidas de conservación adaptadas a las particularidades de estas cavidades.
Cabe recordar que el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, con más de 49.000 hectáreas
protegidas, es uno de los más importantes parques
marítimo-terrestres de Andalucía. Declarado Reserva de la Biosfera
(1997), Zona de Especial Protección de Importancia para el
Mediterráneo (ZEPIM, 2001) y Geoparque Mundial (2006) por la UNESCO,
combina paisajes volcánicos únicos, como acantilados y playas, con
extensas praderas de Posidonia oceánica y hábitats costeros que
sustentan una biodiversidad extraordinaria. Este enclave, que incluye
más de 12.000 hectáreas marinas, es hogar de especies emblemáticas
como la lapa ferruginosa, catalogada en peligro de extinción, y una
gran variedad de especies de flora, de invertebrados, peces y aves
marinas.
El Parque cuenta con una red de infraestructuras para la
interpretación ambiental, como el Centro de Visitantes Las
Amoladeras y el Jardín Botánico del Albardinal, que ofrecen
información sobre la fauna, flora y geología del entorno. Estas
instalaciones son el punto de partida para explorar la riqueza de
este espacio protegido, tanto en su superficie como bajo el agua.
Arrecifes
Por su parte, el Hábitat de Interés Comunitario “Arrecifes”
contempla comunidades marinas de sustrato rocoso, así como sustratos
de origen biogénico, sumergidos al menos en la marea alta, que
pueden extenderse fuera del agua formando acantilados costeros o
situarse a mayores profundidades mar adentro. La excepcional riqueza
geológica del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar se refleja en
una gran diversidad de estas formaciones en sus fondos.
Los trabajos realizados en el Proyecto LIFE IP Intemares han
permitido inventariar más de 150 comunidades marinas diferentes, de
las cuales en torno a 100 son comunidades de sustrato rocoso o
arrecifes. De los 15 espacios protegidos objeto de este proyecto
europeo, Cabo de Gata-Níjar destaca en este sentido al poseer la
mayor diversidad de comunidades marinas en general, y especialmente
en lo que se refiere a fondos de arrecife.
Algunas de estas comunidades son especialmente destacables, como los
arrecifes de vermétidos, constituidos por pequeños moluscos
(Dendropoma lebeche, especie incluida en los Catálogos Español y
Andaluz de Especies Amenazadas), en asociación con algas calcáreas
que en Cabo de Gata poseen las mejores poblaciones a nivel regional y
algunas de las más destacables también en el ámbito nacional. Por
otro lado, a nivel cartográfico, se han desarrollado estudios de
modelización destinados a delimitar con mayor precisión las áreas
de arrecifes de este espacio protegido.
Tanto en el caso de las cuevas marinas como de arrecifes, además del
inventario y avance en el conocimiento a nivel biológico y ecológico
de sus comunidades, se ha llevado a cabo un seguimiento del estado de
conservación y presiones detectadas sobre las mismas, y se está
desarrollando un estudio de capacidad de carga a nivel regional de
los espacios protegidos contemplados en el proyecto. En este sentido,
en el caso de las cuevas, se realiza seguimiento periódico de
algunas de estas cavidades utilizando el índice de calidad CavEBQI,
adaptado al mar de Alborán, para evaluar el estado de las cuevas y
detectar posibles alteraciones.
Conservación y regulación del acceso
Conscientes de la importancia de las cuevas, la Junta de Andalucía
tiene establecidas medidas para garantizar su conservación a largo
plazo. La regulación del acceso es una de las herramientas
principales. Actividades como el buceo y el uso de kayaks están
permitidas únicamente en condiciones controladas, asegurando que los
visitantes puedan disfrutar del entorno sin comprometer su
integridad.
Esta regulación implica, además de las limitaciones, oportunidades
para promover un turismo sostenible y respetuoso. Las visitas guiadas
y actividades interpretativas permiten a los visitantes comprender la
importancia de estas formaciones y el papel que desempeñan en el
ecosistema marino. La educación ambiental se convierte así en una
herramienta clave para sensibilizar a la población sobre la
necesidad de proteger este patrimonio natural.
Y es que, la preservación de las cuevas marinas del Parque Natural
Cabo de Gata-Níjar no sería posible sin un enfoque integral que
incluya la educación y la sensibilización. Los centros de
visitantes del parque, como el Centro de Visitantes Las Amoladeras,
ofrecen información detallada sobre el valor ecológico de las
cuevas y otros hábitats del parque. Además, organizan actividades
didácticas que permiten a los visitantes comprender la importancia
de conservar este patrimonio natural. Los centros de buceo de la
zona, que incluyen entre sus inmersiones visitas a algunas de estas
cuevas, son respetuosos con el medio y transmiten el empleo de buenas
prácticas a los buceadores que acceden a ellas.
Estas iniciativas educativas, dirigidas tanto a turistas como a la
población local, refuerzan la idea de que la protección de las
cuevas no es solo una tarea de los gestores del parque, sino una
responsabilidad compartida. Visitar estos espacios es también una invitación a conocer más sobre la riqueza del parque y las especies
que lo habitan. Más información sobre actividades y visitas se
puede encontrar en el portal Ventana del Visitante: Cabo de
Gata-Níjar.
Otros valores del parque
Más allá de las cuevas marinas, el Parque Natural Cabo de
Gata-Níjar es un mosaico de ecosistemas que albergan una gran
variedad de especies y paisajes. Desde las playas de Mónsul y
Genoveses, conocidas por su belleza natural, hasta las salinas de
Cabo de Gata, donde miles de flamencos se concentran cada año, el
Parque es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la
fotografía.
Los acantilados volcánicos que caracterizan el litoral del parque
son también un hábitat para aves marinas como el cormorán moñudo
y la gaviota de Audouin. Estas especies, junto con la riqueza de la
vida submarina, hacen del Cabo de Gata un destino único para el
ecoturismo y la investigación científica.
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