La tarde del 2 de enero, con el sol de invierno acariciando las calles de Roquetas de Mar, la parroquia de San Joaquín y Santa Ana acogió un acto lleno de simbolismo y diálogo. No era un día cualquiera: la comunidad judía de Almería encendía su 'janukiá', y con cada vela, se iluminaban no solo sus tradiciones, sino también el espíritu de encuentro entre distintas sensibilidades religiosas y culturales.
El acto comenzó a las 18:00 horas con la llegada de las autoridades. Allí estaban el alcalde Gabriel Amat, flanqueado por su equipo de gobierno, el diputado provincial Carlos Sánchez, el teniente coronel de la BRILEG Arturo Teruel y Begoña Arroyo, representante de la Comisión de Diálogo Interreligioso de la Diócesis de Almería. También asistieron Carmelo López Carrique, presidente de la Asociación Cultural "Maguen Sefarad", y el comisario provincial de la Policía Nacional, Manuel Nieto, junto a sus inspectores jefes.
Velas y palabras: un rito de unión
El encendido de la 'janukiá' reunió manos diversas en torno a una misma llama: Begoña Arroyo, Carlos Sánchez, Gabriel Amat y representantes de la comunidad judía como Luis Díaz y Rebecca Roldán participaron en este gesto de luz compartida. Era un momento que invitaba al recogimiento, pero también a la reflexión sobre lo que significa convivir y construir juntos.
Luis Díaz tomó la palabra y, con una voz cargada de gratitud, destacó la disposición del párroco Manuel Navarro, a quien calificó como un símbolo de colaboración y entendimiento. “Nos identificamos plenamente con su vocación dialogante”, afirmó. Roberto Frankenthal, divulgador y miembro de la comunidad, profundizó en el significado de 'Tikun Olam', ese concepto tan ligado a la tradición judía que invita a hacer del mundo un lugar mejor. “Es un trabajo humilde, pero necesario, que hacemos juntos, desde la pluralidad de creencias y culturas”.
Carlos Sánchez, en representación de la Diputación Provincial, no ocultó su emoción al reafirmar su compromiso personal con la comunidad judía de Almería y el pueblo judío en general. “Este tipo de encuentros son un recordatorio de que el respeto y el diálogo son las mejores herramientas para avanzar”, dijo. Por su parte, Gabriel Amat se mostró firme en su intención de seguir estrechando lazos con la comunidad: “Es así como construimos una Roquetas mejor, en el diálogo y la comunicación constante”.
Una fiesta bajo las estrellas
La solemnidad dio paso a la celebración. Dulces típicos de la festividad, brindis y risas llenaron el ambiente. Y entonces llegó “Mago Gonzalo”, que con su espectáculo de magia y humor devolvió a los asistentes a ese estado de asombro infantil que rara vez se experimenta en la vida adulta. Era el cierre perfecto para una velada en la que tradición y modernidad, religiosidad y festividad, encontraron su equilibrio.
La fotografía de familia que precedió al brindis inmortalizó un momento que iba más allá de lo visual: era un retrato del compromiso de la comunidad judía con la provincia de Almería. “Nos esforzamos por ofrecer un lugar donde los judíos puedan desarrollar su fe en libertad y contribuir a un mundo mejor”, dijeron desde la comunidad.
Janucá como metáfora de convivencia
En una parroquia católica, con velas judías y palabras que hablaban de unión, el acto se convirtió en algo más que una celebración religiosa: fue un testimonio de lo que puede lograrse cuando se iluminan juntos los valores del respeto y el entendimiento. Y es que, en una tierra como Almería, tan diversa y tan llena de contrastes, la luz de la 'janukiá' no solo es un símbolo, sino una promesa.
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