Mojácar

El sorprendente papel de un poeta en la rendición de Mojácar que pocos conocen

Fue también un destacado militar español del Siglo de Oro

La Fuente de Mojácar.
La Fuente de Mojácar. La Voz
Tito Sánchez Núñez
13:30 • 14 ene. 2025

Una de las grandes figuras literarias del Siglo de Oro español es sin duda alguna Garcilaso de la Vega. Considerado como uno de los poetas más importantes de su tiempo, su innovador uso del endecasílabo italiano y la introducción de formas poéticas renacentistas en la poesía española marcaron un antes y un después en la tradición literaria del país.



Su obra está cargada de delicadeza y profundidad emocional, ha influido en generaciones posteriores de poetas y sigue siendo un referente ineludible en el estudio de la literatura española. Sus sonetos y églogas, caracterizados por su refinamiento estilístico y su capacidad para expresar los matices del amor y la naturaleza, han asegurado su lugar como un pilar del canon literario español.



Pero, además de su importante trayectoria literaria, Garcilaso de la Vega fue también un notable militar al servicio de los Reyes Católicos, primero, y de Carlos I, después, llegando a ser nombrado caballero de la Orden de Santiago y participando en la expedición a Rodas en 1522, donde resultó herido por las tropas turcas.



Anteriormente, en el año 1486, en la última fase de la Reconquista de la península ibérica, las tropas cristianas avanzaban desde Murcia hasta Almería, y Mojácar, por su situación, era un lugar estratégico en ese avance. Así, en junio de 1488 los alcaides de toda la comarca acordaron la rendición en un encuentro al que no acudió el alcaide de Mojácar, Alabez, lo que alertó a los cristianos.



Los Reyes Católicos enviaron entonces una embajada a la localidad, encabezada por el capitán Garcilaso de la Vega, para intentar convencer al alcaide de Mojácar y evitar un largo asedio a la villa, que se encontraba fortificada. El encuentro se llevó a cabo, según la leyenda, en la fuente a las afueras de la población.



En ese encuentro, Alabez habría expuesto a Garcilaso que era “tan español” como él, después de que los musulmanes llevaran ya “más de setecientos años de vivir en España”, y que creía justo que se les tratara “como a hermanos, no como a enemigos”, y se les permitiera seguir cultivando tierras y cuidando de sus rebaños, prometiendo “fidelidad a los Reyes Cristianos”. Garcilaso trasladaría a los Reyes Católicos las intenciones de Alabez de rendirles pleitesía y estos le concederían a Mojácar el título de ciudad.





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