Carboneras es el pueblo andaluz que más depende aún de la pesca

La pesca artesanal almeriense se despeña: las últimas políticas comunitarias han velado por la supervivencia de los peces pero han olvidado al pescador. La flota de la bahía de Almería lo sufre, al igual que los muelles de Garrucha, Adra y Roquetas. Pero donde la herida es más profunda es en Carboneras.
Con los datos del último informe del sector pesquero de la Consejería de Agricultura y Pesca,  Carboneras junto a Isla Cristina y Barbate son los municipios andaluces donde sus economías locales más dependen de la pesca.
En el caso del municipio almeriense, aún mantiene el 20% de su producto interior bruto local ligado a la actividad extractiva, aunque hace una década era el doble y varias décadas atrás, más del 50% de su riqueza provenía de la mar.
Sin embargo, la sangría de los desguaces, los obligados periodos de veda y las restricciones en volumen de pesca y aparejos ha  hecho palidecer la primera fuente de ingresos del municipio del Algarrobico.
El problema, expuesto en repetidas ocasiones por el gremio pesquero carbonero, es que no se dan alternativas: más de dos tercios del término municipal de Carboneras está protegido como Parque Natural que limita la expansión residencial y hotelera y, por ende, la creación de un tejido laboral dentro del sector turístico. Un hecho que se neutraliza, en parte, con la actividad industrial de la cementera Holcim y la térmica de Endesa.
Carboneras, con más de 60 barcos dedicado principalmente a las capturas de atún y pez espada mediante métodos artesanales como el palangre de superficie, se ha visto afectado por las nuevas cuotas impuestas, más reducidas, para la pesquería de pelágicos por parte de la UE. Desde la Cofradía de Pescadores consideran que en Europa no han sabido aún diferenciar la pesquería artesanal que ejercen los barcos de Carboneras y la que efectúan los barcos italianos y francesas con redes de deriva.
Los palangreros carboneros se han visto también afectados por la normativa europea que impide pescar atún a las embarcaciones de más de 24 metros de eslora a partir del pasado uno de junio, cuando utilizan la misma jarcia de 2.000 anzuelos que los barcos de 15 metros de eslora.