Hasta ahora el vasto y amplio campo almeriense tan solo contaba con una planta de tratamiento de restos vegetales, ‘con autorización’ de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, la planta de Albaida (La Mojonera y Níjar), perteneciente a Cespa. Sin embargo, a partir de ahora los agricultores del Bajo Andarax, de La Cañada y El Alquián, y los del campo de Níjar tendrán una nueva planta de recepción y tratamiento de desechos vegetales, situada en Rioja.
El proyecto, tras muchos meses de gestión (estudios de viabilidad, permisos y autorizaciones), está promovido por la empresa familiar Áridos Marraque (fundada en 1989), dedicada a otro segmento de actividad y que para desarrollar esta nueva línea de negocio ha creado la mercantil Ecotech Valoriza, que dirige Ana Cabrerizo.
“Es un proyecto muy ilusionante en el que llevamos trabajando mucho tiempo”, destaca la gerente de la nueva planta.
Dicha instalación se sitúa en una antigua cantera de la compañía matriz, en una superficie de 3,8 hectáreas, lo que posibilita recoger y recepcionar un importante volumen de residuos y también acometer posibles futuras ampliaciones.
“De hecho, en septiembre queremos modificar el proyecto para llegar a 12.000 toneladas, ya que actualmente estaríamos en torno a las 10.000 toneladas”, describe Ana Cabrerizo.
Acopio y tratamiento posterior
Los agricultores ya han comenzado a depositar en esta planta, situada en la rambla riojana de Los Arcos, sus despojos de la última campaña hortofrutícola, en muchos casos cultivos de tomate, por ser éste el producto predominante de la zona agrícola de influencia de la planta de acopio y tratamiento.
Su apertura ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Rioja, que ha dado todas las facilidades para agilizar su apertura. “Es importante para el pueblo por su implantación y por el servicio que se da a los agricultores”, comenta la alcaldesa María Isabel Sánchez.
En este contexto, la higiene rural o limpieza del campo supone uno de los retos más importantes del ‘modelo Almería’, tema recurrente y con innumerables problemas hasta ahora. Cabrerizo, ingeniera química, quiere conseguir cerrar el ciclo integrado del tratamiento de restos vegetales en el centro que dirige, dando un uso sostenible a todos los componentes, desde las plantas y frutos, pasando por las guitas hasta llegar a los lixiviados (líquidos).
Lo primero de todo es la transformación de la parte vegetal de los residuos para convertirlos en compost, es decir, en abono.
Cabrerizo describe, de forma resumida, el proceso que se sigue una vez que el camión descarga en la planta los desechos de los invernaderos: “Se hace acopio de los restos vegetales, se colocan en hileras durante mes y medio para hacer compostaje, después se meten en lechos con lombrices que se comen los restos, pero no la rafia, y con sus excrementos se consigue el vermicompostaje o humus de lombriz para usarlo como fertilizante. En octubre esperamos estar ya produciendo”.
Solución para los lixiviados
Pero además del humus, Ecotech Valoriza tiene previsto llevar a cabo una segunda iniciativa en sus instalaciones, a través de un proyecto de colaboración con la Universidad de Granada.
Se trata de convertir los lixiviados, ese líquido que mana de la pudrición de los desechos, en fertilizantes líquidos. Así, el problema medioambiental de los lixiviados deja de serlo, y se logra un nuevo producto para un uso directo sobre el campo.
Por tanto, se consiguen reciclar todos los elementos vegetales del campo convirtiendo un problema en una oportunidad de negocio. “Y así podemos repercutirle a los agricultores t
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