Mientras la crisis inmobiliaria se sigue cebando con los precios de las viviendas nuevas o usadas, en núcleos urbanos o aisladas, unifamiliares o plurifamiliares, libres o protegidas, los de las tierras de cultivo se mantienen en los mismos niveles que antes de la llegada de la crisis, e incluso han experimentado repuntes en estos tres últimos años.
Los economistas lo explican por ser uno de los últimos ‘reductos’ de rentabilidad para las inversiones. Es lo que el director del Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar, David Uclés, califica como ‘sector refugio’, sustentado por la estabilidad que está demostrando año tras año el sector agrario tanto en su producción como en sus facturaciones.
Valores de tasación
Es también la opinión de las sociedades que se dedican a la tasación de activos inmobiliarios rurales y urbanos, que señalan que la tierra de cultivo mantiene un nivel de precios similar en los últimos años, sin que se hayan registrado mermas en el valor de las ventas, mientras que en el caso de las viviendas los descensos en los cuatro últimos años superan ya el 30 por ciento en la mayor parte de las zonas existentes en la provincia de Almería.
Así lo indica Serafín Balaguer, de la sociedad Tasaciones Inmobiliarias (Tinsa), que especifica que, salvo en aquellas zonas en las que había perspectivas de generar actividades inmobiliarias, en lo que serían tierras de cultivo ‘puro y duro’, no ha habido recortes en las cotizaciones, ni en las valoraciones técnicas.
El único recorte apreciable se produjo en los dos primeros años de la crisis, cuando persistían las dudas sobre la viabilidad de la agricultura, en consonancia con el resto de los sectores de actividad económica. Esa leve bajada de precios no impide, no obstante, que en la actualidad los precios medios de las zonas cultivables estén por encima de lo que se pagaba por ellos en años como los de 2003 y 2004, antes de que la crisis económica se hiciera patente.
Descenso por las dudas
Según recoge la Junta de Andalucía en su Encuesta de Precios de la Tierra, en los años 2005 y 2006 (es decir anterior a la llegada de la crisis) se registraba un descenso en las ventas de terrenos agrícolas, motivado sobre todo por las dudas sobre la rentabilidad de las explotaciones y por los problemas de los productores almerienses, que veían peligrar su posición de privilegio en los mercados europeos.
Durante los años 2007, 2008, 2009 y 2010, con la burbuja inmobiliaria ya desinchada y con la crisis ya instalada en la economía española, estos suelos nodejaron de perder valor. Sin embargo, los resultados positivos en el sector agrario, con repuntes importantes tanto en las hortalizas como en otros productos como el aceite de oliva, los frutos secos o los cítricos, entre otros, han hecho que los siguientes años el valor de la tierra se haya estabilizado, con algún ligero incremento, hasta situar las cotizaciones en valores medios de 150.000 euros para terrenos de regadío.
Las zonas más caras
Las cotizaciones medias más altas de suelos destinados al regadío se localizan, según la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, en Los Llanos de El Alquián y La Cañada, zonas ‘tomateras’ por excelencia, donde los precios más frecuentes se mueven en el entorno de los 250.000 euros por hectárea.
No obstante, y de forma puntual, se dan casos de terrenos por los que se pagan más de 300.000 euros por hectárea, como ocurre en determinadas parcelas de la Vega de Adra o en el término municipal de Roquetas de Mar. Aunque es difícil establecer los precios máximos, se recoge en el
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