Embarcaciones abandonadas que van al desgüace o a una subasta

El Puerto de Almería es como una ciudad autónoma dentro de la capital de la provincia. Tiene su propia autoridad que rinde cuentas directamente al Gobierno Central, su propia policía, y otros servicios que se rigen por unas normativas y procedimientos propios.
Uno de estos protocolos de actuación está relacionado con las embarcaciones que son abandonadas en el recinto portuario, las cuales, en función del tipo que sean, terminan su vida de una u otra forma.
Barcas de pesca
Así, en el Puerto de Almería se encuentran embarcaciones pesqueras, generalmente de pequeño tamaño, cuyos propietarios no pueden recibir una subvención para su desucase; y que se abandonan varadas en zonas marginales del puerto pesquero o se hunden en los muelles de botes de luces. Estas embarcaciones son retiradas por la Autoridad Portuaria y se envían a vertederos fuera del recinto portuario capitalino.
En segundo lugar, están las embarcaciones detenidas por participan en el tráfico de estupefacientes y que son depositadas en el muelle del Puerto sin custodia y que son puestas a disposición del juzgado correspondiente.
Pérdida de valor
Anteriormente se colocaban en las zonas marginales del puerto donde poco a poco se degradaban hasta su subasta y venta a nuevos propietarios, con una perdida de valor importante por su expolio y abandono. Actualmente, si tienen un tamaño pequeño, se sacan a tierra y se envían a depósitos especiales para su posterior subasta y sólo los de tamaño superior se quedan en el puerto atracados durante grandes periodos hasta su subasta. El nuevo adjudicatario paga a la Autoridad Portuaria el gasto de mantenimiento que haya tenido el barco (achiques de agua, cabos o estachas, etc.), así como las tasas de estancia establecidas.
Por último, están los buques mercantes abandonados por su armador, por situaciones generalmente de dificultades económicas. Estos barcos ocasionan a la Autoridad Portuaria un grave trastorno ya que los muelles en los que están atracados generalmente son necesarios para las operaciones portuarias, por lo que es necesario desplazarlos de muelle en diferentes ocasiones con medios de remolque y tripulaciones ajenas.
Una vez declarado el abandono en el plazo establecido, se procede a su pública subasta con los costes devengados por la Autoridad Portuaria hasta esa fecha, a partir de la cual se hace cargo el nuevo propietario. Generalmente estos buques acaban siendo trasladados al desgüace.