El desalojo de Tierras de Almería (El Ejido) a finales del mes de septiembre reabrió la herida de los asentamientos chabolistas en la provincia. A la polémica sobre la intervención, fuertemente criticada por organizaciones sociales como la Plataforma por los Derechos y la Justicia Social o Almería Acoge, se une la preocupación por la proliferación de infravivienda y el empobrecimiento de amplios sectores de la sociedad almeriense.
Con estos argumentos, la Junta de Andalucía convocó un encuentro multilateral al que asistieron la Subdelegación del Gobierno, cuatro ayuntamientos, entidades sociales y las organizaciones agrarias Asaja y Coag.
La reunión fue un primer acercamiento al problema en la provincia, aunque plantea algunas incógnitas. La primera, cuántas chabolas existen en Almería. La cuestión encierra una guerra de cifras. La Subdelegación del Gobierno apunta a 800 personas afincandas en asentamientos, gracias a datos obtenidos por las inspecciones de la Guardia Civil. De hecho, el subdelegado Andrés García Lorca destacó durante los actos del Pilar la labor de la EDATI de la Comandancia ante “la gran cantidad de infravivienda y chabolas”. Sin embargo, las ONGs elevan el número de afectados a 4.500, basándose fundamentalmente en los registros de la Cruz Roja y Almería Acoge.
¿Soluciones?
Esta comisión promovida por la Junta de Andalucía se ha citado para dentro de un mes y creará un grupo de trabajo para censar las chabolas de la provincia con mayor exactitud, según varias fuentes implicadas. Los núcleos más afectados son los municipios del Poniente y la Comarca de Níjar, aunque se han detectado casetas construidas con desechos incluso en la capital.
Por otra parte, la segunda interrogante es qué hacer con las personas que residen en estos lugares. Acudir a la vivienda social, tal y como ha planteado en diversas ocasiones la consejera de Fomento, Elena Cortés, en relación a familias desahuciadas, es una opción que requiere una amplia red de recursos y la participación de los ayuntamientos. Es decir, choca con las apreturas presupuestarias.
De momento, la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía, Sonia Ferrer, apela a “una respuesta coordinada” entre todos los actores, a la espera de proyectos más concretos.
¿Son chabolas un antiguo aljibe o una caseta de electricidad abandonada?
El censo de chabolas en la provincia de Almería encuentra su principal problema en su definición. La Subdelegación del Gobierno cuenta con un registro de chabolas construidas especialmente en zonas rurales. Sin embargo, las ONGs que trabajan en los asentamientos demandan ampliar la mirada (y especialmente las soluciones) hacia personas que residen en cortijos derruidos y construcciones ruinosas de todo tipo. En la provincia se han detectado situaciones grotescas, como personas que residen en antiguos aljibes abandonados, junto a vertederos, en casetas de electricidad sin uso o simplemente refugiados bajos los plásticos de invernaderos sin producción. Los informes de la ONGs sitúan en el campo de Níjar y en el Poniente las situaciones más problemáticas en esta materia.
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Sonia Ferrer