Alumnos del ‘Cura Valera’ aprenden a ser solidarios y a cuidar su pueblo

Dicen que los jovenes de hoy día no se involucran en las cosas que pasan a su alrededor pero éste no es el caso de los alumnos de segundo de la ESO del instituto ‘Cura Valera’ de Huércal-Overa.
Estos chicos de trece años se han inscrito dentro del programa ‘Recapacicla’ de educación ambiental y que pone en marcha la Junta de Andalucía dentro de la comunidad educativa. En concreto, van a realizar dos proyectos con los que se consiguen, tal y como han explicado desde el departamento de Ciencias Sociales del centro, varias competencias como son el conocimiento e interacción con el mundo físico, la competencia social y ciudadana, la autonomía e iniciativa personal y aprender a aprender.
El primero de los proyectos surge de manos de dos alumnas, Carmen Fernández Sánchez y Ainoa Martínez Rodríguez,  que preocupadas por el aspecto que presentaban distinas zonas y solares del municipio deciden que además de quejarse también podrían hacer algo por su pueblo. Las dos chicas investigaron cuánto tiempo tarda cada material en desaparecer y, al comprobarlo y ante su consternación, decidieron planear algo y les plantearon al resto de sus compañeros hacer algo al respecto, los cuales respondieron positivamente. Así, dos horas a la semana, una entre semana y otra en el fin de semana, los chicos junto con algunos profesores van a recoger basura como botes, tetrabricks o cajas y posteriormente las llevan a los contenedores respectivos.
Como señalan desde el centro “estas jovenes huracalenses han recapacitado y quieren reciclar para dejar un pueblo más limpio que el que ellos han heredado”.
Pero su trabajo va más allá y con las anillas de las latas que recogen hacen pulseras que luego venden. El dinero que recaudan lo destinan para hacer fotocopias y ayudar a sus propias familias, ya que todas de un modo u otro se ven afectadas por las crisis.
El otro proyecto comenzó hace algunos meses y debido al éxito que tuvo se sigue realizando y es la recogida de tapones de plástico para recaudar fondos para niños enfermos. Aunque esta idea comenzó para recogerlos para una niña concreta finalmente se ha decido ayudar a más niños ya que los propios chicos han visto que la capacidad de recogida da para mucho más, “ya no es solo reciclar sino también ser solidarios”, explican desde el centro que se sienten muy orgullosos de lo que están haciendo sus alumnos.