María Medina
07:00 • 22 nov. 2012
No quiero desaparecer”. Así rezaba ayer uno de los carteles que un usuario de Aspapros portaba en la concentración que protagonizaron en la Plaza del Educador más de 150 discapacitados intelectuales, sus familias y cuidadores. Los recortes, no sólo económicos, sino de programas y servicios, han llevado a muchas asociaciones a temer por su continuidad y, en definitiva, “a no poder atender con calidad” a las 6.112 personas con discapacidad intelectual de Almería.
Organizada por FEAPS, la concentración a la que los protagonistas acudieron con pancartas, carteles, fotografías y tambores, se prolongó durante más de una hora, en la que discapacitados y familiares ofrecieron información a todos aquellos ciudadanos que, atraídos por el follón, se paraban ante la fuente situada frente al antiguo edificio de Correos.
El gerente provincial de FEAPS, Ignacio Martín, que también preside la asociación Asprodalba, que atiende a usuarios del Levante, explicaba que las entidades que hoy ofrecen servicios y programas de ocio y deporte a los discapacitados intelectuales están en una situación “crítica”.
Paso atrás en derechos
El retraso en el cobro de las ayudas (acaban de recibir el pago de los meses de junio y julio), el recorte anunciado del 12% en la aportación de las administraciones a este tipo de asociaciones, y la negativa a financiar programas por falta de liquidez, se traduce en “un paso atrás en los derechos de las personas con discapacidad intelectual”, insiste Martín. El delegado de la Federación en Almería, Francisco Alonso Martínez, señala, además, que las personas con discapacidad intelectual, no están dispuestas a dar ese paso atrás.
Las administraciones dicen que no hay dinero, pero “hay un peligro real de pérdida de calidad de vida”, lo que se traduce en “exclusión” para este colectivo.
Organizada por FEAPS, la concentración a la que los protagonistas acudieron con pancartas, carteles, fotografías y tambores, se prolongó durante más de una hora, en la que discapacitados y familiares ofrecieron información a todos aquellos ciudadanos que, atraídos por el follón, se paraban ante la fuente situada frente al antiguo edificio de Correos.
El gerente provincial de FEAPS, Ignacio Martín, que también preside la asociación Asprodalba, que atiende a usuarios del Levante, explicaba que las entidades que hoy ofrecen servicios y programas de ocio y deporte a los discapacitados intelectuales están en una situación “crítica”.
Paso atrás en derechos
El retraso en el cobro de las ayudas (acaban de recibir el pago de los meses de junio y julio), el recorte anunciado del 12% en la aportación de las administraciones a este tipo de asociaciones, y la negativa a financiar programas por falta de liquidez, se traduce en “un paso atrás en los derechos de las personas con discapacidad intelectual”, insiste Martín. El delegado de la Federación en Almería, Francisco Alonso Martínez, señala, además, que las personas con discapacidad intelectual, no están dispuestas a dar ese paso atrás.
Las administraciones dicen que no hay dinero, pero “hay un peligro real de pérdida de calidad de vida”, lo que se traduce en “exclusión” para este colectivo.
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