Un centenar de funcionarios dan una sonora pitada a los ediles del PP

Faltaban todavía cinco minutos para las nueve de la mañana cuando comenzaban los pitos en la Plaza Vieja de la capital. Eran cerca de un centenar de funcionarios municipales que, convocados por CSIF, CC OO, UGT y UEMA decídían acudir a pitar a los concejales del equipo de Gobierno municipal a su paso a la Junta de Gobierno Local para protestar tras la ruptura de las negociaciones del convenio colectivo.

Los pitidos casi no llegaron a los ediles que, adelantandose a los hechos, ya estaban en el edificio. Los pitos sonaron con fuerza llegando incluso a estar acompañados de petardos durante una hora en la Plaza, transcurrido este tiempo los sindicatos decidieron entrar en el edificio y esperar a los ediles a las puertas de la sala donde se reúne la Junta de Gobierno. Tres concejales salieron de la sala en algún momento, Aranzazú Martín y Pilar Ortega con bastante normalidad, y Pablo Venzal quien recibió una sonora pitada y abucheo de los allí presentes.

Por su parte, el portavoz del equipo de Gobierno, Carlos Sánchez, quiso ayer lanzar un mensaje de “tranquilidad” desde el Gobierno “a sindicatos y de manera especial a todos los trabajadores de esta casa”, respecto al proceso de negociación del convenio colectivo e insistió en la necesidad de un “diálogo constructivo y razonable” que permita materializar un acuerdo “que ofrezca un marco laboral estable para los trabajadores de esta casa, pero a la vez adecuado a la realidad económica actual”.

El edil popular rechazó que los que hubiera “actitud dictatorial y prepotente” referida a la posición mantenida en dicha mesa. “La intención con la que este equipo de Gobierno se sentó con los sindicatos fue la de explicar una propuesta de acuerdo en la que no se tocan derechos básicos de los trabajadores de esta casa, donde se mantienen las retribuciones y la plantilla municipal en su totalidad. No fue posible explicar nuestra postura”, subrayó el edil.

Antes de salir, y tras comprobar que el equipo de Gobierno había optado por no aprobar recorte alguno de momento y que se abría a volver a negociar, los funcionarios decidían volver al trabajo.