Cajamar ha decidido convertirse se en accionista de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Restructuración Bancaria (Sareb) o banco malo con una aportación de 61 millones de euros. Esta entidad, que se constituirá la próxima semana, tratará de sanear de activos tóxicos inmobiliarios algunas de las entidades del sistema financiero español que atraviesan más apuros.
En el caso de la rural almeriense lo hace, al igual que Unicaja con 75 millones y otras muchas, como entidad sana que aportan dinero para contribuir a la puesta en marcha de este banco malo y que no han necesitado de ayudas públicas para sanearse.
La semana próxima se constituirá la sociedad y pocos días después se desembolsará el dinero. En principio, tendrá 45.000 millones de euros en activos con unos recursos propios privados de 2.000 millones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, desvelará estos detalles en su próxima comparecencia en la Comisión de Economía en el Congreso el 18 de diciembre.
Los grandes del sector serán los que más aporten por tener la mayor cuota de mercado en depósitos de clientes.
Aportaciones
Santander aportará unos 650 millones; La Caixa , 550 millones; el Popular , unos 290 millones; y el Sabadell , alrededor de 220 millones, según fuentes del mercado. Entre los cuatro, unos 1.700 millones, lo que supone el 70% de los recursos propios de origen privado, que sumarán 2.500 millones. Esta cantidad supondrá entre el 51% y el 55% del capital total de la entidad. El resto será del Estado.
El Consorcio de Seguros también aportará unos 150 millones, como participación pública.
La semana próxima se constituirá la sociedad y pocos días después se desembolsará el dinero. En principio, tendrá 45.000 millones de euros en activos con unos recursos propios privados de 2.000 millones.
El traspaso efectivo de los activos se hará el 31 de diciembre, aunque hasta febrero podría recibir algunos bienes más. A comienzos del próximo año, Liberbank, BMN, Ibercaja y Caja España-Duero podrían traspasar sus activos tóxicos. Con esta tacada, el balance subirá hasta los 62.000 millones y precisará unos recursos propios privados de 2.500 millones, que serán mayoritarios.
De este dinero, alrededor de 500 millones serán acciones. A cambio de los otros 2.000 millones, los bancos recibirán bonos de Sareb con una rentabilidad del 8%.
Para las entidades es clave “controlar el ritmo de ventas” de Sareb, “para que no tire los precios y perjudique los activos de las entidades”, dicen desde un banco que participará.
También les preocupa que el banco malo les pida créditos para las refinanciaciones de activos, “porque el dinero ya lo destinamos a nuestros clientes con inmuebles”, afirman.
El BBVA mantenía la posición de no participar en la Sareb. La medida podría cambiar en los próximos días si prosperan las negociaciones políticas al más alto nivel, pero se considera difícil por la complejidad de la operativa.
La decisión de Francisco González ha provocado un enorme malestar entre el resto de entidades financieras porque son ellas las que tienen que aportar los casi 600 millones que le correspondían a este banco.
Aunque cada activo, en función de la ubicación, los años que lleva en cartera, recibe una valoración individualizada, de media la rebaja en los activos del banco malo rondará el 63%.
La horquilla va del 54,2% para vivienda nueva, un 79,5% en el suelo y un 63,2% en promociones todavía en obras.
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