El secuestrador se convirtió en asesino. Una semana después del rapto en una carretera comarcal cercana a Alboloduy (Almería), la Guardia Civil encontró anoche el cadáver de la pequeña de 16 meses en el interior de la balsa de riego de una finca agrícola de Fiñana, confirmando la trágica resolución de un caso que ha dado la vuelta al país y mantenía en vilo a dos provincias.
Los agentes de la Policía Judicial arrestaron a Jonathan Moya de 25 años a primera hora de la tarde en una vivienda del paraje Camino Real, en uno de los espacios más vigilados por la Benemérita desde que saltaran las alarmas el pasado jueves. Tras días oculto, optó por regresar a la casa paterna, y allí fue capturado.
Sin rastro del bebé en el inmueble, la primera declaración del sospechoso intentaba desviar las miradas hacia otras ciudades. “Se la di a un amigo que se fue a Sevilla”, relató el secuestrador, según fuentes del caso. Sin embargo, la investigación tenía ‘pinchados’ todos los teléfonos de su entorno, conocía sus contactos y las ‘triangulaciones’ de los repetidores situaban su posición en unos pocos kilómetros a la redonda.
Así, las informaciones desmontaban poco a poco la primera declaración y asediaban al principal sospechoso en un interrogatorio contrarreloj. La detención de su tío como encubridor a media tarde terminó por destapar el secreto. “Se me murió y la tiré a una balsa”, confesó a Jonathan Moya.
La versión
Según esta versión, la niña falleció horas después del secuestro. En este sentido, será fundamental el informe realizado por los agentes y la autoridad judicial (Juzgado de Instrucción número Dos de Almería) en el levantamiento del cuerpo y, posteriormente, la autopsia en el Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) para determinar las causas exactas de la muerte de la menor, de sólo 16 meses.
La Guardia Civil revisó durante horas el cortijo del padre. El objetivo era descartar que el cuerpo se encontrara enterrado u oculto en el perímetro. Mientras, los equipos de búsqueda se dividían para localizar la balsa indicada por el secuestrador.
Según los primeros datos, al filo de las diez de la noche efectivos de la Policía Judicial y de la USECIC consiguieron alcanzar la finca donde Jonathan Moya arrojó el cuerpo sin vida de la pequeña, supuestamente horas después de arrebatárselo a su madre, Gema Cuerda, en una carretera que une Alboloduy y Nacimiento. El joven mantenía una relación con la mujer, natural de La Palma del Condado, aunque apenas se habían visto en persona unos días en Huelva tras conocerse por Internet.
La balsa está ubicada en las inmediaciones de Fiñana, en la salida 333 de la Autovía A92. A las 00.30 horas de la noche, la comisión judicial realizó el levantamiento de los restos mortales y los operarios de la funeraria llevaron el cuerpo hasta las instalaciones del IML.
Seguimiento
Paralelamente, Jonathan Moya esperaba en el cuartel de Fiñana, fuertemente vigilado y protegido en el perímetro por efectivos de la Policía Local, según explicó el alcalde Rafael Montes. “Ponemos todos nuestros recursos a disposición de la Guardia Civil, por supuesto”.
Montes, al igual que su homólogo de Abrucena Juan Manuel Salmerón, siguieron durante la tarde y la noche de ayer la evolución de las pesquisas en primera persona, acompañando a las autoridades y, en ocasiones, mezclados con la
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