Tras las primeras casas y cortijos llegaba siempre el ventorrillo. Así fue a Levante y a Poniente de la provincia y en los pueblos de colonización como Vícar o La Mojonera. Con los años, cada calle de la provincia ha ido contando con sus tres o cuatro bares de culto, de parada obligada, que han formado parte de la fisonomía del barrio, identificados con el vecindario.
Así ha sido siempre en las últimas décadas, en las que el número de licencias fiscales en el sector de la restauración no ha parado de crecer. Así, hasta ahora.
Los últimos datos disponibles del Anuario Económico de La Caixa, sin embargo, son bien elocuentes: en los últimos cinco años computados, desde 2006 a 2011, la provincia ha visto echar el cierre al 47% de sus botillerías, contando en la actualidad con un total de 3.661 establecimientos de restauración, casi la mitad que antes de esta degenerativa recesión económica.
Un bar cada 200 almerienses
Si en esas fechas felices y consumistas de 2005 y 2006, los almerienses tocaban a un bar, cafetería o restaurante por cada cien habitantes, ahora la ecuación se aproxima a uno por cada doscientos.
El informe económico de La Caixa para este listado analiza los municipios mayores de 1.000 habitantes que suponen el 97% de la población de la provincia. El municipio que más bares ha visto echar la persiana en el último lustro ha sido María, en la comarca de Los Vélez, que ha pasado a contar solo con cuatro establecimientos abierto, el 76% menos que hace cinco años. Le sigue Zurgena, con cinco bares y restaurantes, el 70% menos. A continuación, en los puestos de abajo, Vélez Blanco, con 9 bares y restaurantes, el 65% menos y Viator y Fiñana, con el 63% y 62% menos, respectivamente.
Los municipios que mejor han aguantado el tirón en el sector de la restauración, a pesar del saldo negativo, coinciden con los tres grandes de la provincia: Roquetas (-7%), El Ejido (-8%) y Almería (-10%). A pesar de la crisis, en aquellos entornos con una gran masa poblacional, los profesionales del sector aguantan mejor el descenso de ingresos.
De 40 a 20 euros de gasto
Sin embargo, hay quien tiene la percepción de que, a pesar de la crisis económica, los bares siguen llenos de gente y hay problemas, a veces, para reservar mesa en un restaurante un domingo. Rodrigo Díaz, directivo de la Asociación de Hosteleros de Almería (Ashal), que agrupa a unos 400 socios, considera que “el consumo no se corresponde con la sensación de bullicio que a veces hay, los locales están llenos pero con poco gasto, si antes la media en una cena eran 40 euros, ahora son 20 euros”.
Díaz expresa que la subida del IVA al 10% ha sido, “en la mayoría de los casos, a costa del empresario que no lo ha repercutido en la carta, para ser más competitivo, pero algunos no pueden aguantar y cierran”. Añade que “no se pueden mantener mucho tiempo precios por debajo de coste con menús a seis euros”.
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