Costas abre 187 expedientes por acampada en la Cala de San Pedro

A primeros de julio del año pasado, Subdelegación del Gobierno, Junta de Andalucía, Ayuntamiento de Níjar y el propietario de la finca se ponían de acuerdo y fijaban las bases para el desarrollo de una estrategia que permitiera la recuperación de la Cala de San Pedro, un paraje protegido en pleno Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar.

Como primer paso, se decidió iniciar una campaña para el control de la acampada ilegal que, cada verano, congregaba a cientos de personas que, bien en tiendas de campaña o en improvisadas edificaciones, pasaban semanas en la cala y sus alrededores.

A finales de verano, las autoridades informaban de que se habían interpuesto 170 denuncias, fruto de las visitas realizadas por la Guardia Civil, Medio Ambiente y la Policía Local.

Pues bien, estas denuncias se han traducido, de momento, en 187 expedientes sancionadores puestos en marcha por el Servicio Provincial de Costas a lo largo de septiembre y octubre y publicados en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP). En ellos se especifica que el motivo del expediente es “acampada en la Cala de San Pedro” y que los hechos constituyen “una infracción administrativa”. Eso sí, en todos estos casos, su publicación en el BOP se debe a la imposibilidad de “poder practicar directamente la notificación” de la apertura de dichos expedientes “por desconocimiento del domicilio de los interesados”, por lo que cabe pensar que será difícil que las infracciones puedan finalmente sustanciarse en algo.

El presidente de la Junta Rectora del Parque Natural y miembro del grupo de trabajo para la recuperación de la Cala de San Pedro, José Antonio Martínez Soler, señaló a principios de este año que estaban pendientes de una nueva reunión del mencionado grupo para, con vistas al verano, retomar las líneas de actuación.

La Cala de San Pedro es un espacio protegido en el término municipal de Níjar en el que, además de una ensenada natural abrigada de los vientos,  hay fuentes de agua dulce, lo que la ha convertido durante años en un lugar en el que, además de los campistas ocasionales, vive de forma permanente un grupo de personas en edificaciones más o menos sofisticadas.