Adoptar hábitos sanos reduce un 80% la aparición de enfermedades

Cuando parece que las administraciones solo cuentan euros cuando hablan de salud, los especialistas en prevención y sanitarios de Atención Primaria vienen a recordar que en nuestras manos está la posibilidad de no caer enfermos, al menos no tanto, y salir económicos. Pero, sobre todo, viviremos más y mejor. Adoptar hábitos saludables evitaría el 80% de las enfermedades, sobre todo las cardiovasculares.
En los últimos años se han abandonado hábitos tan sencillos como caminar a diario, comer más frutas y verduras  y menos alimentos precocinados y preparados con abundante grasa. Hoy, Día Mundial de la Salud, los sanitarios recuerdan que si se abandonan malas costumbres y se opta por un estilo de vida nuevo, se reducen los principales factores de riesgo para contraer enfermedades. Se evita la hipertensión, la obesidad y el colesterol y, con ellos, la diabetes y cardiopatías, entre otras patologías.
Los sanitarios conocen las claves para mejorar las estadísticas saludables y, además de promover buenos hábitos desde el primer escalón de la atención sanitaria, el centro de salud, buscan el apoyo social. Así lo asegura Ana Tobías que, junto a Isabel Craviotto, trabajan en la Unidad de Promoción de la Salud del Distrito Almería y apuestan por involucrar en el gran cambio de hábitos a las familias, los centros educativos, las empresas y las administraciones locales, autonómicas y la estatal.
Y es que, adoptar estas medidas saludables desde la infancia transformaría “sin duda” nuestra sociedad de enferma a activa y sana. El problema radica en que   los resultados se ven a largo plazo y, ni siquiera las administraciones que velan por la salud, invierten en la promoción lo necesario. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que el porcentaje destinado a prevenir es del 10% del presupuesto sanitario. Se gasta en atender a los que ya han enfermado el 90% restante.
Si aumentara la primera cifra, el ahorro sería tremendo y no sólo económico. La Junta de Andalucía empieza a ponerse las pilas y cuenta con abundantes planes estratégicos. Falta ahora que estos salten del papel a la calle.