Moya cambia su declaración e implica a la madre de la bebé y a dos mafiosos

Moya cambia su declaración e implica a la madre de la bebé y a dos mafiosos

Javier Pajarón
11:10 • 09 abr. 2013

El levantamiento del secreto de sumario y las declaraciones ofrecidas ayer por Jonathan Moya y Raúl Ríos en el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería abren nuevos horizontes en la investigación sobre el crimen de Abrucena. Cuatro meses después del secuestro y asesinato de Míriam, niña de 16 meses natural de La Palma del Condado (Huelva), el principal sospechoso de la muerte cambia radicalmente su testimonio y salpica responsabilidades en varias direcciones.



Jonathan Moya, de 25 años, niega su participación en los hechos y asegura que los autores del crimen son dos mafiosos vinculados al mundo de la prostitución.  Según explica José Ramón Cantalejo, abogado de la defensa, “se acusa claramente a dos personas más y se plantea también que la madre de la niña, Gema Cuerda, tenía conocimiento sobre muchas cosas sobre el asunto”.



Moya dijo a la Guardia Civil tras su arresto en el cortijo de su padre, en diciembre de 2012  en Abrucena, que la niña “se le había muerto” y la lanzó a una balsa de riego. Allí la encontraron los agentes, en una bolsa deportiva. Sin embargo, ahora Cantalejo insiste en que “él lo niega completamente” y que “la niña no estaba delante de él cuando murió”. Según esta versión, nueva y contradictoria, la niña fue entregada a dos personas “muy peligrosas”. Jonathan Moya dio ayer sus nombres al juez.




Murió asfixiada



No obstante, esta estrategia ha motivado la incredulidad del resto de las partes implicadas. Antonio Revuelta, abogado de Gema Cuerda, madre de la menor, describe las declaraciones de Jonathan como “un monumento a la mentira y a la manipulación. Él ha utilizado una táctica tan antigua como inútil que es derivar responsabilidades, hablar de terceras personas y eludir su responsabilidad. Tiene veracidad nula”.





Asimismo, sobre las referencias al supuesto grado de conocimiento de la madre, Revuelta es  rotundo. “Es una absoluta barbaridad, un absoluto disparate que sólo puede salir de una mente perversa”. Y añade el letrado, “no hay ninguna base para afirmar algo así, cero”.



Esta incredulidad ante la versión de Jonathan Moya se trasluce igualmente en las palabras de la abogada de Raúl Ríos, Juana Tarifa. “La versión que ha dado Jonathan Moya es ahora totalmente contradictoria a la que dio en su día en la Guardia Civil”, afirma la letrada.





Ríos está acusado de encubrimiento en el crimen de la niña onubense. Moya ha mantenido durante los últimos meses que su amigo conocía los hechos, pero ayer decidió exculparle. Por tanto, Tarifa presentará hoy el escrito para pedir su puesta en libertad, si bien será la juez quien decida qué tesis estima.



De momento, la investigación sigue abierta. La Policía Judicial de la Guardia Civil va a contrastar la coartada del principal sospechoso del crimen de Abrucena y el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería ha decidido suspender (al menos de momento) la reconstrucción de los hechos sobre el terreno (una zona de pequeños cortijos y huertos cercana a Fiñana, en la frontera con Granada).



Además, la investigación analizará los últimos datos ofrecidos por los forenses. Según fuentes jurídicas, la niña tenía un fuerte golpe en la cabeza y, también, muestras de “tracción mecánica en el cuello”. Murió asfixiada.



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