El Zapillo cuelga en este verano el letrero de ‘no hay billetes’

El Zapillo cuelga en este verano el letrero de ‘no hay billetes’

Álvaro Hernández
19:52 • 10 ago. 2013

Es llegar el verano y, como cada año, un barrio de la capital se abarrota casi sin avisar. El Zapillo, un lugar tranquilo el resto de los meses, ve cómo se multiplica su vida cuando aterriza el calor.


El calor hace que durante el día las playas de El Zapillo están llenas de niñas, niños, abuelos , padres y madres dispuestos a refrescarse en el Mediterráneo, siempre que las cinco filas de sombrillas que tienen delante se lo permitan, claro.


Más tarde, cuando se mete el sol, el paseo marítimo se convierte en un río de gente que camina aprovechando las horas de menos calor del día, llenándose la zona de ambiente poco a poco.




Este año la afluencia en torno a las playas de la capital ha aumentado respecto a otros veranos. Así lo confirman los vecinos habituales del barrio, que señalan que “cada vez es más difícil encontrar aparcamiento en la zona”.


Este verano el barrio contempla con asombro la enorme afluencia de gente, tanto de día como de noche.  La situación económica ha provocado que muchos almerienses hayan decidido pasar sus vacaciones en la ciudad.




La crisis también ha hecho que muchos se decidan por el turismo nacional, siendo Almería un destino turístico bueno, bonito y barato. “La crisis ha hecho que mucha gente de Almería se quede aquí y, además, han llegado turistas de provincias cercanas como Granada o Jaén”, asegura Diego García, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería (ASHAL) y propietario del bar El portón de la bahía, situado en el paseo marítimo. “Este verano se ve mucha más gente que otros años, pero el consumo es bajo desde que cayera a la mitad en el año 2009”, subraya García.


A pesar del aumento de gente que decide pasear cada noche por El Zapillo, los hosteleros de la zona coinciden en que ello no ha repercutido en el consumo. Así lo indican también en los típicos kioscos de helados. “Se ve mucha gente pasear, especialmente por la noche, pero a la hora de comprar son pocos los que se acercan a comprar”, nos cuentan en uno de los kioscos.




Mientras tanto, almerienses y turistas pasean entre puestos de venta ambulante, terrazas y kioscos de helados. Algunos incluso compran.



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