Manuel V. S. encarna el prototipo de ‘viejo conocido’ de los agentes. A sus 42 años de edad acumula un largo expediente salpicado de incidentes y arrestos, pasos por los calabozos de la Policía Nacional y la Guardia Civil en la provincia de Almería y estancias intermitentes en la cárcel.
Ahora anda suelto. Un juez de instrucción decretó a principios del mes de septiembre su puesta en libertad tras comparecer acusado de desvalijar 18 cortijos en zonas rurales de La Cañada de San Urbano, Venta Gaspar y Los Partidores. Y no es la primera vez.
La Policía Nacional había detectado en las últimas semanas un aumento del número de delitos de robos con fuerza en parajes agrícolas en el denominado Sector 4, en la margen derecha del Río Andarax. Este espacio cuenta con refuerzos de seguridad especializados en la lucha contra la pequeña y mediana delincuencia desde principios de año. Con las alarmas encendidas y el dispositivo policial activo, la captura parecía sólo cuestión de tiempo.
A las 7.30 horas del pasado 3 de septiembre una llamada de un vecino a la sala del 091 dio la pista definitiva. Dos testigos observaron como un hombre de mediana edad se introducía en un cortijo cercano a Los Partidores y se llevaba varios objetivos en una carrito de la compra que empujaba en dirección a la barriada de El Puche. Se iniciaba entonces la persecución.
Pistola y herramientas El ladrón estaba a tiro. Dos patrullas de la Brigada de Seguridad Ciudadana localizaron al sospechoso en las inmediaciones del barrio, en el cauce del Río Andarax empujando el carrito despreocupadamente. Los agentes irrumpieron en el lugar y el ladrón emprendió la huida a la carrera, de forma torpe en un pavimento demasiado irregular. Cayó. Manuel V. S. sumaba su detención número 39.
El delincuente fue trasladado inicialmente hasta el hospital de Torrecárdenas para recIbir asistencia médica por heridas leves y magulladuras en la cara sufridas en la fuga. Luego ingresó en el calabozo de la Comisaría Provincial de Almería a la espera de pasar a disposición judicial unas horas más tarde.
Además de dos testigos oculares del asalto a la propiedad de Los Partidores y un expediente profuso en antecedentes (tres arrestos en enero, abril y junio de este año) los agentes de la Policía Nacional contaban con más elementos incriminatorios. En el cacheo hallaron un pistola, un cuchillo, un cúter y una pata de cabra. Mientras, en el carrito Manuel V. S. portaba grifería, piezas de motores, la carcasa de una farola, cables de cobre, contadores de agua, un taladro, una cafetera, una pistola de pintura, diversos materiales de una instalación eléctrica, las pinzas para la batería de un coche...
Más aún, durante la investigación de la Policía Judicial (Grupo V) se acreditaron tres víctimas de los robos con fuerza en Los Partidores esa noche, además de otra quincena de pequeños asaltos en el entorno, siempre con el mismo modus operandi, en las mismas fechas y lugares.
Organizaciones agrarias Sin embargo, el detenido compareció en el juzgado de instrucción de guardia y quedó en libertad. Se trata de una circunstancia relativamente común en el delitos de esta naturaleza donde la cuantía de los objetos robados no es demasiado elevada y la prisión provisional se estima innecesaria.
Ahora bien, los vecinos muestran su enorme malestar por la reiteración en los robos con fuerza y las organizaciones agrarias exigen una respuesta más severa de las instituciones judiciales para proteger sus propiedades. De hecho, entidades como UPA, Asaja y COAG han solicitado formalmente una enduracimiento del Código Penal para castigar los robos de materiales agrícolas y la reincidencia con mayor severidad.
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