‘Cascapolos’ se fugó y la Guardia Civil cercó durante 16 horas una casa vacía

Tres semanas después de la  operación de captura del fratricida de Gérgal, el subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, resuelve el secreto mejor guardado. Juan León alias Cascapolos escapó de la vivienda de su madre antes de la llegada de los agentes y la Guardia Civil cercó durante 16 horas una casa completamente vacía.

García Lorca compareció ayer acompañado del coronel jefe de la Guardia Civil en Almería, Francisco Jiménez, en un acto con centros educativos de la provincia. Interrogado sobre la pregunta a Interior registrada en el Senado por el socialista Juan Carlos Pérez Navas, el subdelegado decidió aclarar las condiciones de la fuga de Cascapolos.

“No hay una persona que evade un cerco policial, no hay magos, simplemente hay una persona que entra de una vivienda muy rápido y mientras (el vecino) da aviso a la Guardia Civil no ve que sale”, señala Andrés García Lorca.

Francisco Jiménez, jefe de la Comandancia de Almería, explica la secuencia con más detalles. “El cerco alrededor de la vivienda era perfecto y era imposible evadirlo (...) cuando apareció el hombre fuera todos pensamos en una posible huida hacia viviendas cercanas, pero después de hacer la inspección ocular se pudo comprobar que era imposible salir de ahí”, explica el coronel. “La conclusión es que ese hombre salió por la misma puerta por la que entró”.

Juan León, de 52 años  y con antecedentes penales, mató a su hermana y provocó heridas graves a otras dos personas desde una azotea de la calle Padres Redentoristas. Sucedió  la mañana del 6 de octubre. Durante tres días se escondió en la Sierra de los Filabres perseguido por decenas de agentes de la Guardia Civil por cielo y tierra.

Secuencia

A las 20.30 horas del martes 8 de octubre un vecino lo vio entrar con una saco y una escopeta en la casa de su madre, en el lugar del crimen. El testigo alertó a la Benemérita, que organizó un espectacular despliegue en torno al inmueble. Durante la noche los agentes tomaron posiciones en las azoteas de calles colindantes, colocaron a especialistas a los pies de la vivienda y volcaron el peso de la operación en un negociador. En la madrugada, el guardia civil instó a Cascapolos a salir de la casa, le dijo que no colocara muebles en la puerta para evitar la entrada, le ofreció tabaco e, incluso, le amenazó con una intervención de grupos especiales llegados desde Madrid. Pero dentro no había nadie.

No obstante, la Subdelegación del Gobierno defiende la intervención  con una apelación al cumplimiento estricto de la legalidad. “En otros tiempos hubiera sido muy fácil dar una patada en la puerta y entrar a ver qué había, pero esto habla de la calidad democrática de la Guardia Civil”, apostilla Andrés García Lorca. “Se tomaron las medidas de seguridad necesarias para que, si el individuo estuviera dentro, no saliera y provocara daños”.

En el mismo sentido se pronuncia Francisco Jiménez. “Nos volcamos en la vivienda para garantizar la seguridad de los ciudadanos de Gérgal y la del propio sospechoso (...) era un hombre que había matado a su hermana y herido a otras dos personas y se podía esperar cualquier cosa”.

Juan León fue arrestado a unos tres kilómetros de la casa escondido en una cueva en un barranco al norte del núcleo urbano de Gérgal.