Con un salón de plenos repleto, principalmente gracias a la presencia de estudiantes de Derecho, representantes vecinales y de los sectores sociales, arrancaba puntual el Debate sobre el Estado de la Ciudad con la intervención del alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, que pretendía hacer balance de estos dos años de Corporación.
Pronunció el regidor de la capital un discurso muy duro con la Junta de Andalucía, algo que sorprendió mucho a los dos partidos de la oposición -ambos gobiernan a través de un pacto en la administración autonómica- . Para Rodríguez-Comendador Almería es “una gran ciudad” en la que “se vive bien, mejor que antes” y asegura que el gran responsable es el Ayuntamiento que “en los últimos años se ha convertido en motor de transformación”.
Considera el alcalde que el principal escollo con el que se encuentra el Ayuntamiento para su crecimiento en la mayoría de los casos es “la administración autonómica”. Así asegura que cada vez es más alargada “la sombra de la soledad y del abandono” y afirma que el Gobierno de la Junta castiga proyectos municipales porque “pueden beneficiar electoralmente a un partido que no es el suyo” y entre ellos incluye la rehabilitación de la Plaza Vieja que sigue esperando la firma de convenio.
En tono irónico decía el regidor que no era un ultimátum y que esperaba que “no se vean matices sicilianos en mis palabras” sobre la firma del convenio pero que es necesario intervenir porque “la mitad del Ayuntamiento está en ruinas desde hace 8 años a la espera de una actuación de la Junta”.
Para Rodríguez-Comendador, las cuentas que hace la Junta en Almería son que “a menos votos socialistas, más retrasos, más incumplimientos y más problemas” y hacía referencia a la dificultad para contar con la Plaza Carabineros sin tener que “pasar por caja” hasta el punto de afirmar que algunos “en vez de llevar Almería en el corazón, parece que la tiene en el bolsillo”.
Comparó el alcalde la gestión en la consecución de proyectos con el Gobierno central con los de la administración autonómica y asegura que de ellos han conseguido la prolongación del Paseo Marítimo, la supresión del paso a nivel de El Puche, la adecuación de las playas de Costacabana y la eliminación de las vías para el parque de Renfe que asegura que será “la gran transformación de la ciudad del futuro”.
De proyectos para el futuro no hizo referencias más allá de asegurar que “2014 tiene que ser el año en el que se note el crecimiento y la creación de empleo” y su intención de conseguir el próximo año “un nuevo concepto de capitalidad con la ayuda de empresarios, grupos de inversión” y sacando provecho del patrimonio agrícola, medioambiental y gastronómico.
A pesar de hacer un balance muy positivo de su gestión, el alcalde reconoció que han “cometido errores” porque todo mandato “tiene luces y sombras”, pero eso sí, no puso ningún ejemplo sobre la mesa y lo dejó para los discursos que realizara la oposición.
Eso sí, tenía claro que tras diez años de gestión del PP al frente del Ayuntamiento “nadie puede realizar una enmienda a la totalidad”.
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