Nos conocimos antes de 1983 en la puerta de Radio Juventud de Almería. Pero te conocía de toda la vida por escucharte en el transistor azul que me trajo mi padre de Melilla. Escuchar un partido del Almería narrado por José Miguel Fernández valía un imperio.
Me dio tres lecciones de radio que jamás olvidaré. “No son más Fernández, me decía, y yo tan obediente hice lo que me enseñó con tanto cariño: trabajar, competir, respetar . “Con eso te irá bien en esta profesión” le decía a un empleado de Saveres que conoció por Encarni González.
Su liderazgo en la radio nada tenía que ver con su vida personal. José Miguel valía más fuera de antena porque por la radio ya era famoso y su cercanía: sus silencios y sus misterios me ponían siempre a reflexionar sobre: “lo hice bien o estará cabreado conmigo”.
Todavía no me lo creo
El año que viene hago 40 de Locutor de Radio (eso pone en mi nómina) y no soy periodista como nadie de mi generación lo era. Antes el periodista deportivo era pura vocación sacrificando fines de semana para hacar radio.
Me pilló recién casado y en el ‘día de la radio’ me he acordado de José Miguel Fernández y de Encarni González que tanto ayudó en nuestra definitiva conexión y de Lola Benavides, la mujer de Jose y de su hijo.
Encarni González siempre me animó a que te conociera “me daba miedo” ponerme a su altura en la radio y cada vez que lo hice con la gindama en el cuerpo. Nunca lo superé y él me tranquilizaba sabiendo que no estaba cómodo del todo.
Legión de alumnos
Cuando yo llego a la radio José Miguel ya tenía una legión de grandes alumnos a los que enseñó las artes de la información deportiva. José Gabriel Gutiérrez, Miguel del Pino, Jesús Pozo y otros que no me acuerdo. A todos los tengo como hijos suyos y hermanos míos.
Tuve el privilegio de aprender todo lo que me enseñó con rigor y profesionalidad. Él era muy ‘guasón’ y tenía unas caídas buenísimas. Nos reíamos mucho pero siempre a su debido tiempo porque era muy exigente en el trabajo.
Los nervios del primer día
Jamás lo olvidaré y siempre tengo presente una pregunta y una respuesta que he transmitido a todos los que le abrí el micrófono por primera vez. Un día le dije ¿Cuándo se quitan los nervios del micro en rojo? “Jamás, eso no se quita nunca, esto es la radio”. Y así sigo.
Nunca olvidaré la última vez que nos vimos en la Ciudad Deportiva de Macael cuando la enfermedad (siendo tan joven) te había llegado. Qué alegría te daba verme. A mí también. Pensarán que nunca discutimos y que todo fue de color de rosa pero… eso lo he dejado para el final.
Vivimos momentos difíciles la radio me puso a mí y te quitó a tí y viceversa. Igual nos distanciamos en lo profesional un tiempecillo. Yo era muy joven y tenía un ego del que ahora carezco pero cuando nos veíamos cara a cara: maestro y alumno.
Voy a cumplir 40 años en la radio y tengo la ilusión del primer día. Sabes que digo la verdad.
Hoy que he vuelto a Santiguarme en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo al salir de casa: mi radio es para tí José Miguel.
Perdona el retraso es que ayer tuve 6 horas de radio en directo, periódico, página web...
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