Este lunes José Rojo Martín, 'Pacheta', consiguió la primera victoria de la temporada con el Real Valladolid superando a la UD Almería en el José Zorrilla. Una alegría en plenas fiestas de la ciudad pucelana. El entrenador burgalés concedió una entrevista a El Mundo donde se sale de cualquier análisis táctico, técnico y hasta de resultados. Habla de un fútbol en constante cambio y la importancia de no levantar los pies del suelo.
La familia es un pilar básico para un técnico que trabaje con las bases, en categorías regionales o en la élite del fútbol. Por eso Pacheta tiene muy presente la educación de sus padres y eso le ha ayudado en diferentes fases de la vida: "Los recuerdo siempre trabajando, y yo cerca. Pero agarrado a la mano de mi difunta hermana. Me llevaba diez años. Murió hace tres, como mi madre. A mi padre lo sigo teniendo, aunque ahora está muy enfermo".
Los padres
Cree que es un error que hoy en día los padres tengan tanto poder sobre los hijos que quieren ser futbolistas. Dicho de otra manera, son a veces más representantes que padres. Es aquí donde Pacheta se moja y cree que un deporte donde lo más importante es disfrutar: "Es un mal tremendo. Yo no dejaría entrar a los padres ni a los entrenamientos. Tenemos que dejar al niño que juegue y juegue. Eso es fundamental. Ahora no se puede jugar en las calles, en las plazas, en ningún sitio. Si no podemos llevar el fútbol a la calle, quizá haya que llevar la calle a las academias".
Carrera
Hasta llegar a Valladolid, conseguir un ascenso y ahora pelear por la permanencia, Pacheta también tuvo que probar diferentes experiencias profesionales que le hicieron mejor: "A mí me ha costado, tengo la sensación de que nada me han regalado para estar hoy en Primera División. He tenido que ir a Tailandia, Australia, Polonia... Montones de sitios para ir creciendo. A mí el fútbol me da emoción. Me da vida. Es pasional esto".
La felicidad
Una línea muy delgada entre el éxito y el fracaso. Saber convivir con la derrota es algo que se va perdiendo poco a poco según Pacheta: "Estamos intentando generar un ser humano que sólo puede triunfar. Nos estamos acostumbrando a ello. Y no nos damos cuenta de que cada año sólo triunfa uno, y que los demás fracasamos. El fracaso está mucho más cerca de nosotros. Tenemos que admitir las derrotas. Estamos construyendo gente a la que les costará interpretar el fracaso. En mis años en Salas de los Infantes, un pueblo muy pequeñito y con mucha austeridad, crecimos en la felicidad de la calle. De los amigos. Le diré una cosa. Creo que hasta los 14 años deberían estar prohibidos los niños en las ciudades. Habría que llevarles a los pueblos".
Estrellas
Ser jugador o entrenador no les hace diferentes. Llevan a mucha gente detrás y tienen que dar ejemplo: "Intento transmitir a todo el que me rodea el optimismo de la vida. Y más en esta profesión. Que nos dedicamos al fútbol. A la emoción de la gente. No somos gente que salvemos vidas. Damos ilusión. Y es muy bonito esto. Esta profesión que hemos elegido es en muchos momentos muy ingrata".
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