Primera crisis de la temporada para la UD Almería. Tres derrotas consecutivas y malas sensaciones hacen que el parón de Liga se vaya a hacer eterno para los intereses rojiblancos.
En Mallorca el vaso de la paciencia se desbordó. Intenciones sí, pero poco más se le vio en ataque a una plantilla que ha pasado de la felicidad de agosto a la tristeza de septiembre. ¿Puede marcar tanto la marcha de un jugador?. Parece que sí. Umar Sadiq ha dejado una herida difícil de cerrar. Dos años con un sistema trabajado para el nigeriano, había firmado dos goles en tres jornadas y era el faro. El 1 de septiembre hace las maletas. Precisamente ese día algo dejó de funcionar.
Adiós
Como si de un chispazo se tratara, el Almería se fue y todavía no ha vuelto. Fue a Valladolid sin correr riesgos y perdió en el descuento sin chutar a puerta. Se catalogó como un accidente. Luego en casa con Osasuna la preocupación aumentó porque el 0-1 se quedó corto y el portero rival tampoco trabajó. Y lo de Mallorca terminó de poner las cartas boca arriba. No se trata de Lázaro, Touré, Sousa o Ramazani. El engranaje no funciona. No llegan balones arriba, los futbolistas no conectan entre ellos y se les ve más apagados que nunca, e incluso nerviosos como la imagen de Ely con Samú, en un cara a cara que pocas veces se ve a estos niveles.
Es la sexta jornada, el Almería no está en descenso y ese es el motivo por el que se tiene que poner fin a esta crisis. Rubi fue el primero que dio un paso al frente y en apenas medio minuto de declaración a la televisión de encuentro dio a conocer lo que ocurre: “Hemos tenido un inicio de Liga con futbolistas sin ficha, un cambio el 30 de agosto cuando el equipo funcionaba y hemos cambiado a tres jugadores... El equipo está donde tenía que estar y lo importante es que los futbolistas se entreguen como lo hacen para mejorar”. Los nuevos y también los que siguen dan el nivel, o al menos eso es lo que piensa el entrenador, pero a 18 de septiembre hay más sombras que luces.
Planificación
Hay un trasfondo enorme en las palabras de Rubi. La venta de Sadiq se iba a producir antes o después, si bien lo que no esperaba era que ocurriese a pocas horas del cierre del mercado. “Albergábamos la esperanza de que siguiera”, llegó a reconocer en sala de prensa. Touré, Lázaro y Ramazani, titulares en Son Moix, no se entendieron en el campo y eso se achaca a un trabajo de pretemporada que no ha existido, o sí, pero con Umar Sadiq. También este delantero diferente tapaba carencias. Solo su presencia intimidaba y eso también lo perdió Rubi.
Cero puntos, cero goles, tres derrotas. Los futbolistas y el propio técnico van a tener siempre el apoyo de la afición, aunque para salir de esta no se puede mirar a otro lado y decir que todo va bien. El responsable del grupo ha levantado la mano dando a conocer varios de los problemas de planificación. Queda reflejado. A partir de ya entra en escena su labor como técnico de elite, reconstruir el puzle y hacer un Almería competitivo.
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