Turki sigue imparable

Los presidentes son todos iguales. Quieren ver ganar a su equipo para ir al palco tranquilos porque los aficionados están contentos. Hablar de Europa no es osado porque apuntar alto es de obligado cumplimiento por el capital que maneja, pero alguien le debió decir de qué va esto de la Liga de las Estrellas.

Hasta el Sevilla puede bajar a Segunda si se descuida, porque el tren de Primera no espera a nadie y los equipos no siempre cumplen los objetivos marcados. Está claro que Real Madrid y Barça no van a perder la categoría como el Athletic, pero todos los demás van en el lote unos con sueños de Europa y otros en el paquete de sufridores para salvar otra Liga en Primera.

Herramientas

Alguien debió de decirle a Turki y a su hombre que ficha que en Primera si te descuidas te vas a Segunda, antes de Navidad unos, y otros en la última jornada como le pasó al Granada. Hay que tener una buena columna vertebral para vivir en esta categoría con gol y defensa como garantía de éxito.

Si quería estar tranquilo debió mantener su filosofía de firmar a 5 para vender a 10, pero con cuatro o cinco fichajes de experiencia para ayudar a crecer a los más jóvenes del vestuario. Se ha fichado mucho talento y demasiada juventud.

Pelotas

El problema que tiene el presidente al que le están saliendo canas en la barba es que no tiene quien le lleve la contraria. Alguien que le diga cual es el camino y como se debe gastar el dinero. Quién se atreve con el ministro si está rodeado de pelotas que le aplauden todas sus decisiones.

No estamos tan mal y  necesitamos de una buena organización para que se planifique bien la plantilla del UD Almería. Porque los resultados lo condicionan todo y cuando no llegan se cargan a los entrenadores y se hace un gasto adicional en Navidad: la de siempre.

La Primera es muy bonita pero tiene sus armas como son un goleador y una buena defensa. Teníamos la mitad con Sadiq y se vendió. Lo que ha venido está por descubrir y no te garantiza seguir en Primera División.

Por mucho que le digan al presidente: sigue imparable porque su modelo no se toca.