El Almería venía de cosechar una dolorosa y peligrosa derrota en Vallecas. Un fracaso que había llegado acompañado con las bajas de dos de los pilares del equipo, Robertone y Baptistato, que fueron amonestados y sancionados.
Como la fe es lo último que se pierde, todos teníamos la esperanza, eso sí remota, de que ante tan importantes ausencias el entrenador reaccionara y buscara el triunfo desde la consistencia del equipo en defensa, fundamentalmente porque en la medular no hay alternaiva a la baja del argentino y porque en el extremo no hay recambio para Baptistao.
La presencia de Portillo en el once titular podía hacer pensar que el equipo iba a actuar con cuatro centrocampistas y dos delanteros, Embarba y Luis Suárez.
Nuestro gozo en un pozo y el de los béticos en todo lo alto. Sin tener mimbres para ello Rubi se presentó otra vez con dos extremos y un solo punta, como siempre, con el único dibujo en el que confía con el que acumula una sucesión casi ininterrumpida de fracasos.
Pellegrini supo agitar su costelera para hacer que los daños por las ausencias fueran mínimos, facilitado por el mayor fondo de armario que tiene a su disposición.
Estaba claro que tanto el equipo del Betis como su afición como su afición habían olido sangre en el Power y así lo demostraron. Los futbolistas poniendo cerco a la meta de Fernando con dos ocasiones claras y un gol apenas llegada la contienda al minuto 5, la hinchada desplazamdose en masa a Almería.
El camino por el que los béticos llegaban cerca de Fernando era el de todos los rivales que se enfrentan al Almería. Aprovechando la posición adelantada de la defensa almeriense, con dos centrales fundamentalmente lentos, mandan la pelota al gran espacio vacío que queda entre la zaga y el portero, logrando de esa manera llegar a establecer un mano a mano con el meta local.
Es el gran peligro de un dibujo que está resultando mortal para los intereses de un conjunto modesto como el nuestro que debería de buscar el triunfo con humildad y desde la seguridad defensiva. En lugar de ello el equipo, ante la pasividad ofensiva de su técnico ofreció un festival de inconsistencia que le permitió al Betis desbordarlo, hacerle tres goles y multitud de ocasiones.
El Almería no falló el sábado en su faceta ofensiva, hizo dos goles y tuvo ocasiones para haber conseguido algunos más que el meta verdiblanco se encargó de neutralizar, Si Rubi considera que el camino para ganar los partidos es hacer cuatro goles, los necesarios para superar ayer al Betis, o tres en campo contrario los que hubieran sido precisos en la pasada jornada para vencer al Rayo o yo estoy loco o Rubi anda en una galaxia futbolística a años luz del fútbol actual.
Las notas positivas del encuentro, porque a la vida y en el futbol siempre hay que buscar la cara amable, es el buen trabajo de Mendes y Chumi cuando entraron para suplir a los lesionados Ely y Pozo y el partido completo de Luis Suárez participando en los dos tantos. Marcando el primero y asistiendo en el segundo. En su tercera titularidad ya ha hecho dos goles y tiene pinta de que va a hacer muchos más que pueden ser insuficientes para superar las carecias defensivas de los suyos.
El desquizamiento del banquillo llevó al Almería a terminar el duelo con un 4-2-4 y el equipo pasandose la pelota en su propia área.
Una vez más hay que hacer una mención especial a la actuación de Alberola Rojas. El árbitro manchego volvió a ofrecer otra obra de arte. Acertó en todas sus decsiones y sentó cátedra de personalidad y criterio. Iglesias Villanueva le llamó por posible mano de Luis Suárez en el gol de Samú. Tras ver la acción decidió mantenerse en su decisión de dr gol, algo inusual en el fútbol español, pero absolutamtne justo porque el balón le da en el hombro y no le ayuda al control al futbolista almeriense. Madera de mundialista. No influyó en el marcador.
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