Dura treinta minutos y se queda corto. El reportaje que el Real Mallorca le hizo a Vicente Moreno Peris tiene a grandes protagonistas y por encima del propio entrenador están las personas que lo cuidaron y que le vieron crecer desde que daba los primeros toques al balón en las calles de Massanassa (Valencia).
Los padres del míster de la UD Almería hablan a corazón abierto de cómo es su hijo, que en apenas unas semanas comenzará su etapa al frente del banquillo rojiblanco para tratar de salvar la Primera División. A sus 48 años, Vicente regresa a España tras su periplo en Arabia Saudí con la maleta cargada de experiencias e ilusiones. Con el cuerpo técnico de toda la vida, el valenciano es el elegido por Turki Al-Sheikh para hacer progresar su modelo de club.
Sara Peris
A lo largo de la entrevista hay momentos en los que se llegan a emocionar, porque el pequeño de la casa fue creciendo hasta convertirse en un entrenador reconocido a nivel nacional y ahora también a miles de kilómetros, en Arabia Saudí. La madre de Vicente, Sara Peris, resalta el carácter ganador que tenía en su día a día: "Yo siempre le decía que era un líder. Nada más que fútbol, fútbol, y fútbol. Él siempre quería ganar en todo, desde que era pequeño, hasta en el parchís".
Y una reflexión importante, y es que el deporte, en este caso el fútbol, a veces da disgustos, pero cuando la felicidad llama a la puerta son momentos que nunca se pueden olvidar: "Ha sufrido. He sufrido, pero también nos hemos llevado muchas alegrías".
Vicente Moreno
El padre del míster del Almería recuerda los primeros pasos de su hijo en Massanassa. Todo comenzó con los habituales partidos en el parque, con la vecina que pedía que hicieran menos ruido, y con los fines de semana recorriendo campos y torneos para hacerse con un hueco en algún equipo: "Había una señora allí que le molestaba. Agarraba el balón y se lo guardaba para que no jugaran. Él empezó con 7 años. Aquí se organizaban partidos los sábados y los padres acompañábamos a los niños para que jugaran y entre ellos estaba Vicente. Recorríamos la comarca".
Un padre conoce perfectamente a su hijo y Vicente ya tenía madera de técnico. Su carácter competitivo, la forma de leer los partidos y de arropar al vestuario le llevaron a triunfar en el Xerez Deportivo y a convertirse en una leyenda en Chapín. Nació por y para este deporte: "Ha sido un jugador y entrenador a la vez, muy fiel a los colores del equipo en el que ha estado. Ha dado el máximo donde ha estado. Es un estudioso del fútbol", explica su padre.
Se le quedó grabada una frase que compartían después de cada jornada cuando se puso al frente del club que le había dado todo como futbolista, el Xerez, y es aquí donde se llega a emocionar por todo lo que ha tenido que trabajar su hijo: "Se lo ha ganado sudando. Le ha costado más que a otros. Ha peleado mucho para estar ahí. Cuando estaba en el Xerez me decía que se examinaba todos los domingos".
Vicente Moreno hijo
Pegado a un balón desde el primer día. El míster recuerda que perseguir sus sueños a veces tiene un precio, como salir de Massanassa al Valencia, un paso por Guadix, y finalmente al Xerez donde terminó de asentarse y hacer historia. "Siempre tuve en mente que quería ser futbolista. Me apasionaba jugar, verlo, y no me veía haciendo otra cosa. Daría todo por ello y lo conseguí", comenta.
Jugar en la calle con los amigos de toda la vida fue fundamental para desarrollar más conocimientos futbolísticos. Pasárselo bien cada minuto de la infancia ha llevado a Vicente Moreno a ser un entrenador muy respetado en España: "Infancia humilde y bonita a la vez. Poder vivir en un pueblo te da esa libertad de estar más en la calle que en casa. Una época con pocos coches y echábamos partidos en las calles. Había ansia por acabar el colegio, comer, y bajar para jugar al fútbol. Alguna riña nos cayó porque el balón daba en puertas, ventanas...".
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