ANÁLISIS: De la ilusión a la decepción en diez minutos

De la ilusión a la decepción en sólo diez minutos, los que mediaron entre los dos penaltis con los que fue castigada la UD Almería. La primera en la frente. En el escenario de los éxitos del curso anterior, notablemente deteriorado por el alejamiento de los aficionados de los fondos del terreno de juego, los nuestros cayeron ante un rival que se limitó a aprovechar los fallos defensivos y los errores de principiantes cometidos por los pupilos de Vicente Moreno para llevarse tres puntos de oro con la ley del mínimo esfuerzo, incluso sin hacer un buen partido.

Yo soy de los que doy el mismo valor a los puntos que se suman en las primeras jornadas que a los que se consiguen en las últimas y es por ello por lo que considero que la derrota frente al Rayo Vallecano es un paso en falso del equipo que puede tener su repercusión, espero que no, al final de la campaña. Sobre todo porque se ha cosechado ante un enemigo muy batible al que le salvó la falta de acierto en el remate de los nuestros, el buen trabajo de su portero y la ayuda que le prestó Alberola Rojas.

Golpe duro

Este primer fracaso de la temporada no va a ser fácil de digerir porque nos vamos a plantar en la tercera jornada con cero puntos, probablemente en la última posición, tras la visita al Estadio Mediterráneo del Real Madrid en la segunda jornada de la Liga, y esta situación puede repercutir muy negativa-mente en la moral y autoestima de los nuestros.

Lejanía

La eliminación de las gradas supletorias de los fondos ha restado ambiente y presión tanto para los colegiados como para el portero rival. No es lo mismo poder estar casi tocando el césped a ver un partido de la máxima competición con tanta lejanía. Todavía quedan piezas por llegar a la plantilla y quiero ver en acción de verdad a los rojiblancos en un partido donde ya no se podrá fallar, y es en la quinta jornada frente al Cádiz en el Nuevo Mirandilla. Para esa cita es necesario que hayan llegado al menos tres futbolistas más al vestuario, y preferentemente un central.