LA OPINIÓN DEL DÍA: Es duro escribirlo y más aún entenderlo. Los jugadores por los que ha apostado el entrenador del Almería son los que están fallando más y dejan sin argumentos al entrenador valenciano. Un técnico que muere con sus ideas y cumple con su palabra no ve como Maximiano, Edgar y Luis Suárez no están dando la talla y le dejan en delicada situación. Si a esto unimos los cambios que ha realizado en los dos últimos partidos el preparador se ve en la calle porque los marcadores no llegan y por mucho que pregone sus capacidades para reflotar al Almería: ya nadie se lo cree. Es una pena ver el rendimiento de Edgar que sale en las fotos de esos errores llamados groseros. Las dudas de Maximiano que no hace un partido completo y la cabezonería de poner de 9 a Luis Suárez que no ve puerta. Moreno protege a sus futbolistas y no los sienta en el banquillo. Esto se volverá en su contra. Los suyos lo echan a la calle. Moreno no es correspondido.
No se da cuenta que el equipo entró en estado de Shock con el primer gol del Valencia ante un fallo en cadena de la defensa y no detecta que las defensas rivales se bastan para dejar seco a Luis Suárez mientras esperan el primer fallo para adelantarse en el marcador.
Sus apuestas para la plantilla. Esos jugadores tan aplaudidos por las rentabilidades pasadas en otros clubes, son la ruina de un entrenador que sigue apostando por ellos sabiendo que no están rindiendo al nivel esperado. Y para uno que funciona, Lopy, va y lo quita.
Medidas
Vicente Moreno debió reparar ya los problemas groseros cambiando la defensa y poniendo a Chumi con Montes y sentar a Edgar en el banquillo: que no es ni la sombra de lo esperado. Con Luis Suárez se mantiene firme sin ver portería y dejando a los rivales cómodos en la salida de balón.
No ha logrado acertar con los cambios y cuando saca del campo a Lopy el equipo se queda sin equilibrio y sin soluciones para contener al rival. Los cambios debilitan al equipo.
Culpable
Al final el que paga los platos rotos es un Vicente Moreno que va a muerte con ellos y estos no le dan: lo que el entrenador le pide y el Almería exige para vivir mejor en Primera. Lo malo de esta historia es que cuando llegue el momento el valenciano irá a la calle y sus jugadores seguirán en el club.
Hoy el fútbol protege a los futbolistas y pagan los entrenadores. Moreno sabe que no están al nivel esperado esos jugadores por los que ha apostado y le va a costar el puesto. Estos jugadores que tan buenos eran no están al nivel esperado y el Almería los necesita. Moreno no los va a cambiar y serán ellos los que cambien a Moreno. Tiempo al tiempo.
Se protege a los futbolistas y se condena al entrenador.
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