No voy a hablar de dinero para no añadir más leña a un fuego que amenaza muy de cerca al club rojiblanco una vez disputada la décima jornada del campeonato, sino de cuestiones estrictamente deportivas.
Cuando aún quedan 28 partidos considero que no es prematuro hablar de que la política deportiva llevada a cabo por los responsables de esta parcela el pasado verano se está mostrando no sólo como negativa, sino nefasta. El cúmulo de errores es incuestionable y no hay ni uno sólo de los jugadores fichados para esta temporada que mejore las prestaciones de los que se han ido.
No voy a juzgar el trabajo de Mohamed El Assy y Joao Gonçalves, máximos culpables de la situación caótica en la que se encuentra el equipo, desde la acritud ni la agresividad porque en el plano personal me merecen todos los respetos y les tengo un sincero aprecio, sino sólo del reflejo en el juego y en la clasificación de su trabajo durante el pasado verano.
En la portería se precisaba la llegada de un meta que mejorara a Fernando, pobre en el dominio del área de meta, se trajo a Maximiano, el tercero de la fila, que no ha convencido a nadie.
Dado el bajo rendimiento de Mendes era imprescindible la llegada de un lateral diestro. Se firmó a Marc Pubill que hasta el momento ha sido el que más ha aportado al equipo hasta que se lesionó.
La defensa
Lo de los centrales parece una broma de mal gusto. De los cuatro de la pasada campaña se dejan en plantilla a los dos suplentes con Rubi y se traspasan a Ely y Babic que fueron los que sostuvieron con sus pros y sus contras al equipo en algunas fases de la competición.
Lo de César Montes parece una pesadilla no solo por su rendimiento sino por su escasa implicación. Con su equipo en riesgo se va con México después de haber salido de una lesión, juega dos partidos completos y llega dos días antes del duelo de Montilivi.
Édgar no mejora las prestaciones de sus predecesores como central, pero deja la impresión de que puede ser válido como medio centro. Para reforzar el centro del campo no se ficha a nadie que sea capaz de tomar el mando de las operaciones del equipo sino a Baba y Lopy. Para reforzar el ataque llegan Arribas y Koné. El primero ha demostrado que tiene olfato de gol, es listo en el área, pero está tierno.
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