La mala temporada de la UD Almería hace que cada partido sea una final, una oportunidad para acercarse a la permanencia o dar un pequeño paso atrás camino de un descenso del que nadie quiere hablar. Lo primero que hizo Gaizka Garitano cuando llegó al club hace un mes fue empezar por lo más básico, los conceptos defensivos, porque la sangría de goles en contra de este equipo daba la vuelta a Europa, ya que nadie se acerca a esos registros tan negativos. Ni con cambios en el centro del campo, en defensa e incluso en la portería con Fernando, Maximiano y Mariño, ha habido luz verde. Son 32 zarpazos en la meta rojiblanca.
El Almería viene de perder por la mínima en Vitoria donde sacó la famosa manta del fútbol. Se centró tanto en defender el área, en no dejar espacios al Deportivo Alavés, que se olvidó de que delante también había un portero al que probar. Lo más normal cuando estás abajo y dedicas todo tu esfuerzo a mantener el orden es que en un mínimo error acabes perdiendo. Y así fue, con los locales tocando el balón cuatro veces dentro del área para que Sedlar marcara a placer.
Pero esto ya es pasado. Llega la Real Sociedad, uno de los clubes con más desarrollo y potencial de Europa en los últimos años. Gracias a la continuidad en el banquillo de Imanol Alguacil -que también ganó una Copa del Rey-, y unos futbolistas que juegan de memoria, los donostiarras se han convertido en un dolor de muelas para cualquier rival. Si no están en puestos de Champions League actualmente es porque se le han escapado muchos puntos en los últimos minutos, sin ir más lejos el sábado pasado contra el FC Barcelona en el Reale Arena, cayendo en el descuento.
Las claves
Lo primero que tiene que hacer el Almería es ser valiente dentro de un orden. Es imposible ante este tipo de equipos aguantar los noventa minutos defendiendo. Habrá más control y dominio por parte de la Real Sociedad y para romperle lo esquemas es vital recuperar el balón y aprovechar la velocidad de los Embarba, Arribas, Ramazani y Baptistao. Será parecido a Las Palmas, es decir, durante bastante tiempo la posesión será visitante, por lo que los rojiblancos deberán armarse de paciencia. También es clave que el equipo aguante un mismo nivel y no tenga dientes de sierra como de costumbre, esas desconexiones que en Primera no perdonan.
Lo segundo es que el centro del campo aparezca. Ha intentado de todo Garitano en sus tres partidos -cuatro contando la Copa del Rey- y parece que la pareja Lopy-Robertone se ha ganado algo de continuidad. Sin embargo, la medular no contiene ni crea como se espera. Es ese filtro que dificulta al adversario y genera fútbol ofensivo en el Almería. Sea por las lesiones, mala temporada o falta de confianza, si no hay seguridad en el centro la Real Sociedad lo tendrá fácil. En cuanto al ataque, si hay algo de lo que nadie duda es de la calidad, pero en Vitoria el mono de trabajo quitó el protagonismo a la genialidad, al toque de locura de los delanteros.
Lo tercero es el ambiente. La plantilla ha reconocido que es la gran culpable de la situación. No es plato de buen gusto ser último con tres puntos, sin ganar, y a seis de la salvación. No se verá una gran entrada en el Mediterráneo, aunque los que acudan ya saben que todo lo que se pueda ayudar a unos jugadores mentalmente debilitados ayudará a soñar con el triunfo. Quien paga su abono tiene todo el derecho a expresar sus sentimientos y así lo señaló Garitano en rueda de prensa: "No estamos para pedirle nada a nuestros seguidores. Somos nosotros quienes debemos aportar".
Un sistema defensivo que empiece desde la referencia ofensiva, que será Leo Baptistao; un centro del campo que contenga y genere fútbol; y un ambiente favorable a un Almería tocado moralmente, son solo algunas de las claves para ganar a la Real Sociedad.
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