No se ve salida a la depresión

No es mi estilo ni lo ha sido nunca hacer leña del árbol caído en cualquier orden de la vida, pero si la china de la decadencia afecta al Almería muchísimo menos porque se trata de uno de los grandes amores de mi vida al que no voy a renunciar ni en Primera ni en tercera federación.
    

Pero no me parece honrado mirar para otro lado y no ver la que está cayendo sobre nuestro equipo. A estas alturas lo de perder la categoría podría ser hasta secundario, con ser vital, lo que yo más lamento es la triste imagen que estamos transmitiendo a nivel mundial batiendo récord negativos en los que no voy a incidir porque me duelen, porque están a la vista de todos y porque eso se lo dejo a los otros.
    

Balance

Creo que el Almería venía de competir francamente bien contra el Betis, hasta el punto de acumular merecimientos suficientes para haber ganado si la pólvora no hubiera estado mojada. En el Metropolitano, tras media hora de terror balompédico para la hinchada rojiblanca, el equipo supo reaccionar, se metió en el partido con un tanto de Baptistao y tuvo contra las cuerdas al cuadro colchonero.
    

Con esos precedentes que invitaban al optimismo más de once mil almas rojiblancas acudieron al Power con la ilusión de ver como su equipo rompía la fatídica racha y conseguía la primera victoria del curso que le llevaría a seguir vivo en la pelea.
    

Desgraciadamente las previsiones de los aficionados locales se vieron defraudadas nada más ponerse la pelota en juego hasta el punto de que el equipo de nuestros amores completó en su día más decisivo el peor encuentro de la temporada.
    

La sensación de impotencia con la que la familia indálica vivió la pesadilla del duelo ante el Mallorca no es sino la confirmación de que desde la dirección deportiva de la entidad almeriense se ha confeccionado una plantilla de chichinabo muy lejos del nivel que se precisa para competir con éxito en Primera.
    

En el día de la presentación de Garitano le comenté que era muy valiente al venir a dirigir a este Almería. Hoy el propio técnico transmite la sensación de que con esos mimbres ve inviable el cambiar el rumbo de una nave rojiblanca que va completamente a la deriva sin capitán ni timonel.
    

El Mallorca poniendo lo que hay que poner para aspirar a resolver un partido tuvo más opciones de ganar que el Almería con un plantel de nivel bajo que dio la cara, ganó todos los balones divididos y se mostró muy disciplinada.
    

De las incorporaciones realizadas solo Maximiano, Édgar y Pubill, antes de caer lesionado, han demostrado que son jugadores de Primera. El resto está demasiado lejos de lo que se les requiere. En el plano positivo destacaría que los ‘veteranos’ Pozo, Akieme, Robertone, Embarba y Baptistao están dándolo todo para sacar a flote a una nave con vías de agua en todas sus lineas, como así quise poner de manifiesto en las puntuaciones adjudicadas a ellos por su trabajo ante el cuadro isleño del pasado domingo.
    

Análisis

Queda establecido que la política de fichajes que ha seguido el club este curso ha sido un fiasco por el bajo rendimiento que están ofreciendo. No hablo de dinero porque en el fútbol se trata de tener buen ojo para fichar y no de gastar. Se pueden firmar buenos futbolistas con poco dinero y malos con millonadas, que es la historia de las incorporaciones al equipo en el mercado estival.
    

La familia rojiblanca va a cerrar 2023 sumida en una profunda depresión que amenaza con verse incrementada en lo que resta de curso porque de mantener la misma linea de actuación en 2024 el calvario puede ser aún más insoportable porque con lo visto ante el Mallorca se me antoja misión casi imposible ganar un partido esta temporada. Ya no se trata de salvarse sino de no seguir haciendo el ridículo como en el duelo que despidió 2023 en el Power.

La fiel hinchada rojiblanca no se lo merece. Conseguir la permanencia sería uno de los milagros más grandes que se puedan dar en el mundo del fútbol, un medio en el que las proezas milagrosas suelen aparecer en muy pocas ocasiones. Con los argumentos que presentan los nuestros sólo se puede creer a base de fe, mucha fe.