Las limitaciones del Almería son evidentes y han hecho cambiar de plan a su entrenador. Cuando Gaizka Garitano debutaba al frente del equipo en Montilivi el pasado 22 de octubre, lo hizo con la ilusión de recuperar algunos de los problemas que arrastraba el vestuario, en especial a nivel defensivo. Aquel día salieron Pozo, Montes, Kaiky y Centelles, y se colocaron 0-2 con doblete de Baptistao. Sin embargo, en un parpadeo el Girona remontó y obligó al vasco a recomponer la alineación en el descanso. Chumi por Arribas y línea de cinco para aguantar a los catalanes.
El propio Garitano comentó una semana después que no era el plan establecido, que él prefiere siempre jugar con defensa de cuatro: “La idea es esa. Jugaremos con cinco cuando no podamos sostener al equipo contrario con cuatro, como ocurrió en Girona. Si tú encajas tres goles en cinco minutos y no sostienes el potencial del equipo contrario, te armas más con una defensa de cinco”. Lo que parecía una solución de urgencia se ha convertido en algo habitual, porque frente a Atlético de Madrid, Real Mallorca y FC Barcelona ha apostado por juntar a más futbolistas alrededor de Maximiano.
Elegidos
Pozo, Chumi, Montes, Édgar y Akieme. Esta es la zaga del Almería, cinco para “sostener” como decía Garitano. Encajar 42 tantos en 18 jornadas son números extremadamente graves que alejan las posibilidades de ganar y de soñar con la permanencia. Para el 4 de enero en Pamplona podría repetir con este esquema o volver con cuatro. Mientras se recupera Pubill y llega algún refuerzo en esta línea todo apunta a que el entrenador apostará más por cinco sacrificando un poco el ataque. “La defensa de cinco siempre es una solución para los problemas que tienes cuando no puedes sujetar al equipo contrario, pero no es la idea”, señaló en octubre.
Seguro que no esperaba tantos problemas y por eso ha cambiado de guion.
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