La pelota en el tejado de Turki y El Assy

Todo apunta a que la Unión Deportiva Almería será la próxima temporada equipo de Segunda, pero en la categoría de plata va a disfrutar de una afición de Primera. A lo largo de las once actuaciones del equipo en casa los abonados no han parado de apoyar a los suyos y prácticamente no ha habido ningún tipo de reproche de la grada ni a a los jugadores ni a la dirección deportiva.
    

Consumada la derrota ante el Alavés entendieron los abonados que con la pérdida de estos tres puntos estaba todo el pescado vendido en Primera y mostraron su protesta hacia todos los estamentos deportivos de la entidad: jugadores, técnicos y dirección deportiva.
    

El equipo

En este Almería son tres las personas sobre las que recae la misión de fichar. Joao Gonçalves es el encargado de proponer y Mohamed El Assy y Turki deciden. Es evidente que no han hecho bien su trabajo porque han gastado más de lo que debían y mal. Si lo hubieran hecho medianamente bien hoy mantendríamos la ilusión que perdimos el viernes. Ahora es el momento de pedir responsabilidades a la dirección deportiva, no antes.
    

Procede terminar lo mejor posible y planificar la próxima campaña. Algunos jugadores pueden salir cedidos en este mercado invernal y alguno traspasado si llega una oferta rentable para el club. A la espera de ver el rendimiento que ofrece el central Radovanovic la defensa quedaría completa para Segunda si el serbio da la talla.
    

En el centro del campo el equipo necesita un director de orquesta como el comer. Un futbolista que debería estar fichado antes de que comenzara el trabajo de pretemporada. Habría que firmar dos extremos con desborde y gol y un delantero centro para acompañar a Luis Suárez y Koné.
    

Se espera que esta misma semana Mohamed El Assy comparezca en rueda de prensa para hablar del futuro deportivo de la entidad y los planes del club para lo que queda de curso y para el próximo. Esperemos que el número de aciertos sea superior al de este año porque la Segunda es muy dura y en ella cada partido se convierte en una lucha sin cuartel.