Año 2004. Almería se prepara para los Juegos del Mediterráneo -que llegarían en 2005- con una obra importante como la construcción del Estadio y sus pistas de atletismo correspondientes para diferentes competiciones. Se van a cumplir dos décadas y aún quedan muchas cosas por hacer, como eliminar la lejanía entre jugadores y aficionados en cuanto Turki Al-Sheikh ordene iniciar la Fase 2, que no será este verano a causa del descenso a Segunda. Mientras esto llega, hay otros aspectos a solucionar en el recinto. La lluvia del sábado sacó a relucir varias carencias de la instalación.
No es habitual que el Almería juegue bajo el agua y frente a Osasuna cayó durante los noventa minutos, provocando goteras considerables incluso en las zonas de palcos VIP, donde los abonados salen a una especie de terraza con asientos para sentir mejor el ambiente. Pero esto no solo ocurrió aquí, sino en todas y cada una de las gradas, como en el fondo sur pegado al videomarcador. En este sentido cabe recordar que los viejos fondos de cemento llevaban muchísimos años en desuso. Algunos aficionados tuvieron que retirarse a otras butacas porque el agua caía entre las juntas del techo directamente encima.
Paraguas
La instalación tiene 20 años y gracias a que Turki ha ido actualizándola con la Fase 1: nuevos vestuarios, sala de prensa, despachos, clínica Ripoll y De Prado, nuevos palcos VIP, oficinas, iluminación LED... Todavía quedan varios objetivos por cumplir para hacer que la experiencia sea mejor cuando el Almería compita en casa. Y es que se han colocado nuevos altavoces para mejorar la calidad del sonido, sobre todo en los fondos, así que ya no hay que poner equipos en la pista de atletismo. Sin embargo, lo de las goteras es un problema que no puede quedar aparcado.
Eliminar las goteras es un trabajo sencillo que hasta ahora permanecía en segundo plano porque no es normal que llueva tanto en la ciudad. Seguro que Mohamed El Assy habrá tomado nota y le pondrá remedio cuanto antes. Luego, el techo no llega a cubrir todas las filas de butacas. Esto viene ocurriendo desde la inauguración y los que se sitúan más pegados al césped deben llevar paraguas o chubasquero. Quitar las goteras tiene solución inmediata; lo de tapar todas filas debe esperar a la Fase 2. Los años se van notando, y aunque se puede decir que el Mediterráneo es un recinto relativamente ‘joven’, debe corregir deficiencias para el disfrute de su público. Porque el sábado frente a Osasuna los paraguas se abrían incluso en zonas techadas por culpa de las goteras. Y menos mal que el campo no estaba lleno y a los que les tocó un asiento bajo el agua pudieron cambiar sin dificultad.
Normal
No es nada nuevo que un campo tenga este problema, le ha pasado a los más grandes, pero el Almería como club debe dar un paso adelante y corregirlo ya para cuidar al abonado de toda la vida. El gasto de la propiedad, que llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento para explotar la instalación, no se reprocha, pero el aficionado tiene que disfrutar del fútbol con total tranquilidad.
Los más de diez mil valientes que desafiaron al mal tiempo y a la pésima temporada deportiva esperan que el Almería ponga remedio. A algunos les tocó mojarse como si estuvieran en las antiguas gradas supletorias. Bien por la nueva megafonía. Ahora a invertir para eliminar las goteras.
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