Han tardado 30 jornadas de LaLiga para ponerle música a una situación insostenible. Acostumbrados a no ganar y a partidos de todos los niveles y ninguno con victoria, el paseo militar del Osasuna por el Mediterráneo hizo estallar a una afición que cantaba a gritos: "directiva dimisión" y "jugadores mercenarios". No hay nada más que decir porque es el resumen de lo que sienten unos aficionados a los que les vendían un abono para disfrutar porque lo decía el presidente Turki Al-Sheikh. De aquella temporada "fantástica" que nos vendía Vicente Moreno ya no queda nada salvo esperar a que las matemáticas digan la jornada del descenso a Segunda División. Todo lo bueno que le daba al club la victoria en Las Palmas se tornaba en el peor partido de la temporada con un equipo dormido e incapaz de levantarse de la lona a la que se iba solo sin que nadie lo empujara. No llegó el mensaje de Pepe Mel a los profesionales que tuvieron 15 días para preparar un partido lleno de deudas con los aficionados. Era la jornada 30 sin ganar en casa y se les ofreció un espectáculo que acabó a gritos hacia palco y terreno de juego. Coplillas para directiva y profesionales.
No tienen la culpa los directivos ni los profesionales. No se trata de buscar culpables solo de reflejar la realidad que representa una afición harta de ver siempre lo mismo sea el que sea el entrenador. Pepe Mel les daba cariño, mesura y días libres pero ni por esas cambiaron la decoración y brindaban un partido penoso que acabó apuntando a los que fichan (que no juegan) y a los que juegan que no tienen la culpa de que los ficharan. No es bueno que llegue la división por malos que sean los tiempos: "todo reino dividido va a la ruina", dice Dios en el Evangelio. Se ha roto esa dinámica de aguantarlo todo y pese a que no cantan todos ni todos guardan silencio para los partidos que quedan habrá que estar atentos.
Directiva
Los que firmaron a estas jugadores van a los partidos y son conscientes de que se han equivocado, El mayor gasto de todos los tiempos no se ha reflejado en el terreno de juego y el equipo no ha funcionado. Van tres entrenadores y ha quedado claro en la jornada 30 para los aficionados que no era cuestión de entrenadores porque lo que falla es la materia prima que hay en el interior del vestuario. Son los riesgos de ser un club vendedor donde cada ventana de mercado los futbolistas saben a lo que se exponen. Todos en venta y el arraigo no existe dentro del vestuario donde por no tener no hay un núcleo duro que mantenga el bloque y la filosofía de club. La directiva tiene su parte de culpa y lo asume pero el partido de sus futbolistas no hay por donde cogerlo. No es la primera vez que sucede y se llevaron los gritos de la grada a casa.
Jugadores
El uno por el otro... que dice el refrán se cumple en Almería donde los jugadores andan locos porque llegue el final de la temporada y se acabe una pesadilla sin precedentes en la historia del Almería. Unos porque tienen ofertas y otros porque no quieren jugar en Segunda están de los nervios y eso de jugar por el escudo como que no va con ellos por mucho que pida Pepe Mel respeto y decoro hacia la entidad rojiblanca. Los futbolistas del Almería tiraron por la borda un partido muy esperado para saldar deudas con una afición que ha demostrado siempre estar muy por encima de su equipo pero no hay manera y a la falta de capacidades se une una desgana que no soportan ni los más fieles seguidores rojiblancos. Los aficionados se hartan de este Almería incapaz de brindarle una victoria, una sola, en el Estadio del Mediterráneo.
Pepe Mel lo intentó pero: "la cabra tira al monte".
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/338/ud-almeria/272022/un-almeria-a-gritos