A Segunda por la falta de dominio de las áreas

El Almería cayó en Sevilla frente al Betis víctima de unas pifias defensivas de carácter individual impropias de jugadores profesionales. Ayer perdió ante el cuadro culé sencillamente porque el palo, la mala suerte va a perseguir al equipo hasta el último minuto de la última jornada, evitó que Embarba restableciera la igualada que había violado Fermín.

Pero la falta de efectividad en el área rival tuvo otros dos claros exponentes, en esta ocasión sin que la diosa fortuna interviniera. Siete minutos después del 0-1 Baptistao puso en evidencia al nada sólido entramado defensivo catalán cuando se marchó en una gran aventura individual y perdonó solo ante Ter Stegen cuando la mayoría rojiblanca del repleto Power cantaba el tanto de los nuestros.

Balance

Con el espíritu competitivo que el equipo sigue luciendo pudo restablecer las tablas en el marcador nada más salir del vestuario para disputar la segunda mitad del duelo. Una combinación de lujo entre los jugones Embarba y Viera finalizó con asistencia a Lozano que tuvo la oportunidad de disparar a quemarropa sobre un meta batido, pero el delantero cedido por el Getafe perdonó como antes había hecho su compañero Baptistao mandando la pelota desviada a un costado de la meta barcelonista.

Ayer frente al Barcelona el Almería falló estrepitosamente en el área del rival. Las ocasiones fallidas por los nuestros fueron infinitamente más claras que todas las que tuvieron los visitantes, los goles incluidos. Esta ha sido una de las causas del descenso, quizás justificada por la falta de arietes de garantía y con estadísticas fiables de cara al gol.

Análisis

En cualquier caso a los 35 goles marcados en el campeonato se le podía haber sacado más rendimiento, como han hecho Cádiz, Mallorca, Rayo, Las Palmas y Alavés que con menos tantos están mejor clasificados y cuatro de ellos se van a salvar de la quema final.

Si con el Barcelona han salido a relucir nuestras carencias en el área rival sólo cuatro días antes en el Benito Villamarín se pusieron de manifiesto nuestras deficiencias en la propia. En este capítulo, como en la clasificación somos los últimos, es decir, el equipo que más goles ha recibido, nada más y nada menos que 72 una cifra que es un verdadero horror.

En Sevilla los tantos recibidos fueron consecuencia de errores individuales y de planteamiento ya que no se supo parar a Isco, el mejor jugador rival. En el penúltimo partido en casa Fermín le ganó la partida a los jugadores que estaban encargados de tapar las llegadas de los peones azulgranas desde la segunda linea. En este choque los dos centrales cumplieron su misión: ni Lewandowsky ni Ferrán inquietaron a Maximiano. La falta de consistencia defensiva de los nuestros ha sido el pecado que más ha pesado en la pérdida de categoría.

De lo sucedido en la nefasta campaña que está llegando a su fin los responsables deportivos de la entidad encabezados por Turki y Mohamed El Assy deben tomar nota para no incurrir en los mismos errores y ser capaces de competir en la categoría de plata, un auténtico infierno, al nivel que se requiere para intentar el retorno. Siempre bajo el prisma de no olvidar que el fútbol es un deporte y no hay un solo deporte en el que todos puedan ganar o perder. Unos ganan y otros pierden, este año nos ha tocado estar en el bando de los perdedores, lo que la masa social del Almería espera es que en el próximo podamos militar en el de los ganadores.

Pero ya advierto que no va a ser fácil, sino todo lo contrario se tratará de luchar contra todo, contra todos y contra la dificultad adicional que supone el tomar la salida como favoritos, junto a Granada y el tercer equipo que descienda.

No se debe de olvidar que el Almería, a falta de jugar un partido en el Power no sabe lo que es dar una satisfacción a sus fieles seguidores, que este año más que la anterior han sido eternos sufridores, y considerar que una de las causas de esta escasez de puntos como locales puede estar directamente relacionada con la decisión de haber suprimido las gradas supletorias de los fondos que han privado a nuestros jugadores de sentir todo lo de cerca que es necesario el aplauso, el calor y aliento de su afición. Tome nota señor El Assy.