El Almería tenía que jugar tres partidos en una semana. Pepe Mel decidió afrontar los dos primeros choques con los más habituales y hacer rotaciones en el desafío de Mallorca.
Al técnico madrileño no le tembló el pulso a la hora de tomar decisiones y se presentó en Son Moix con ocho cambios en su formación inicial. Volvía a ponerse bajo los palos el mítico Fernando, una institución en este club donde se le quiere por los méritos deportivos y humanos contraídos. Los tres que repetían respecto al anterior compromiso liguero estaban en la zaga, donde la única novedad era la presencia de Pozo en el lateral derecho.
Melero y Edgar, felizmente recuperado, se colocaron como medios centros y el cuarteto de hombres más adelantados fueron Luka Romero en la derecha, Centelles en la izquierda con Arribas y Suárez por el centro.
Lo que parecía un invento arriesgado le salió bien al técnico indálico. Una de las claves del éxito del Almería en Mallorca, porque fue todo un éxito poner contra las cuerdas a un equipo al que le iba la vida en el envite y que jugaba masivamente apoyado por su hinchada, estuvo en que a la hora de mover peones Mel lo hizo con sentido, lógica y conocimiento de sus hombres.
El once
Poner a Fernando bajo palos no es un riesgo sino apostar sobre seguro. Pozo siempre ha cumplido y no defraudó. El recuperar a Edgar le permitió al entrenador colocarlo en el medio campo formando pareja con Melero. Edgar volvió a estar a la altura hasta que el esfuerzo le pasó factura; entonces apareció la figura de Darder para dar el empate a los suyos aprovechando una indecisión entre Radovanovic y César. Melero no tiró de galones y eso le valió ser el primero en ser sustituido para que entrara en juego Robertone con la igualada en el electrónico.
Luka Romero tuvo que luchar contra todo y contra todos, pero el joven futbolista cedido por el Milán no se amedrantó y fue un dolor de cabeza para los defensores isleños mientras estuvo en el terreno de juego.
En la media punta el entrenador rojiblanco apostó por Arribas. Le ha costado muy poco a Mel tomar conciencia de que ahogar a Sergio Arribas en una banda era condenarlo al fracaso, porque el Pichichi del equipo necesita espacio donde moverse y libertad de maniobra para sorprender desde la segunda linea como hizo en el gol que marco de un gran disparo sobre la marcha, marca de la casa Arribas.
Delantero
Luis Suárez estrenó titularidad con el técnico madrileño y no defraudó sino todo lo contrario. Pese a no estar al cien por cien puso en su sitio a los tres centrales bermellones, buscó dar salida de balón a sus compañeros y fue vital en el tanto de Arribas al dificultar el despeje del defensor local. Estos 64 minutos en Son Moix, que frente al Cádiz serán más, no han hecho sino poner de manifiesto lo mucho que el equipo ha perdido con su ausencia y lo mucho que va a ganar cuando en la próxima campaña comande el ataque indálico en Segunda.
No voy a ocultar que soy un entusiasta del doble lateral cuando hay materia prima para ello. Mel ha tenido el olfato que le faltó a sus antecesores en los últimos tres cursos que no supieron ver que tenían dos defensores zurdos de largo recorrido, antes Akieme y Centelles y ahora Bruno Langa y el valenciano, como para hacer de ese costado un muro difícil de superar y un cuchillo por el que penetrar en las entrañas de los rivales. El portugués intervino en le primer gol robando un balón e hizo el segundo de un monumental disparo y Centelles asistió a Arribas con un caramelo que éste elevó a los altares con sus gol.
Yo no sé si Pepe Mel seguirá o no, pero ha hecho su trabajo y bien en los diez partidos que ha dirigido al Almería. Fuera el éxito ha sido impresionante al haber perdido un solo partido en sus cinco desplazamientos y sumado 8 puntos, algo menos de la mitad del total. En casa han pintado bastos con cuatro derrotas.
Los responsables de la parcela deportiva del club tienen ante sí la difícil misión de encontrar un entrenador de garantía para el nuevo proyecto y no lo van a tener fácil. Aunque entrenadores hay muchos cuando se les pide que sea buenos, con capacidad de adaptación a su plantilla y a los partidos, que no sean de piñón fijo y que sean capaces de sacar lo mejor de cada jugador, la lista se minimiza. Acertar se me antoja tan complicado como encontrar una aguja en un pajar como demuestra la cantidad de inquilinos que ha tenido que tener el banquillo almeriense en la era Turki.
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