Esta no es una historia de amor pero tiene mucho corazón. Las vidas deportivas de Francisco Pavón e Ignacio Garay dan para una enciclopedia por entregas pero se resume en un encuentro 40 años después de brillar con la rojiblanca del Almería. Ellos conocieron el amor a unos colores y el fútbol de Primera cuando el marketing no había llegado. Formaron parte de una gran familia de profesionales unidos por un vestuario donde todos iban a una. Uno nacido en el País Vasco y el otro en Andalucía conectaron y se ayudaron mucho. Garay tiró de Paquito en el Almería y Paquito de Garay hacia la Balompédica Linense cuando más lo necesitaba. Se dieron muchos abrazos celebrando éxitos en Almería y La Línea, pero el mejor de todos se daba el pasado 19 de octubre en el nuevo campo de La Linea cuando el homenaje a Quirós los volvía a conectar en un abrazo que derramó lágrimas entre dos leyendas del fútbol.
Hablar de Paquito y Garay en Almería son palabras mayores pero en tierras gaditanas pasa lo mismo y nunca dejan indiferentes a nadie porque fueron grandes futbolistas y enormes profesionales. Derramaban su sudor por las camisetas y su huella es imborrable. Fueron ejemplos a seguir para las nuevas generaciones y se emocionan como antes o más, porque su pasión ha sido el balompié y lo defendían con honor. Grandes del fútbol Paquito y Garay.
Pasado
Llegó primero Garay. Era el Almería de José María Maguregui que debutaba en la Segunda División y no lo dudó un sabio de los banquillos para ‘pescar’ en el Athletic de Bilbao. Iñaki Garay era un futbolista emergente por el que pujaban los clubes de Primera pero la mano del ‘Magu’ hizo posible que afrontara el gran reto de su vida. Vino para ayudar a mantener la categoría y aquello se disparó. Un ascenso a Primera, dos campañas en la élite del fútbol, de nuevo la Segunda…
Lo de Paquito fue un capricho de Alfonso García Sánchez, que pagó traspaso por él al San Fernando y lo hizo debutar en Primera. Recién llegado encontró el cariño de Garay, que era uno de los capitanes, y de no haberse lesionado hubiese firmado por un Barça que le seguía los pasos. Paquito era un delantero enorme y no le vino grande la Primera hasta el punto de competir con los grandes dejando su sello de gran delantero. Garay era el ‘padrino’ de Paquito en el vestuario. Todo empezó en Almería donde pasaron del esplendor a no llegar a fin de mes.
Presente
Se han vuelto a ver donde jugaron juntos hasta que Paquito se lesionó en El Arcángel de Córdoba. Garay, cuidó mucho del delantero nacido en San Fernando cuando llegó siendo un niño al Almería y cuando fichó Paquito por La Balona se llevó al centrocampista vasco para allá. Se han vuelto a ver casi 40 años después con motivo del partido de veteranos contra el Real Betis, los más mayores jugaban 5 minutos de cortesía en el homenaje a Quirós que falleció hace dos años, y después salían los veteranos ‘jóvenes’ de la Balompédica Linense para enfrentarse a un Betis que era también de ‘jóvenes’. Hoy son abuelos felices y viven separados por más de mil kilómetros pero su corazón es el mismo y no ha pasado el tiempo para ellos. El abrazo no exento de lágrimas lo dice todo.
Futuro
Paquito y Garay no volverán a ser lo que fueron pero no pasan inadvertidos para todos aquellos que los admiraron como futbolistas y los siguen disfrutando como personas. Son palabras mayores tenerlos con nosotros, ya que Paquito y Garay vienen de un fútbol sano y fuerte. Del amor a unos colores y de sudar la camiseta que duraba toda una temporada y había que lavarlas para el siguiente partido. Larga vida para dos señores del balón que se han encontrado en el teatro de sus sueños de juventud. Tenía que ser en La Línea con La Balona porque el Almería, su Almería, llegó a desaparecer con ellos en la plantilla. Paquito y Garay porque el fútbol es amor.
Dos leyendas del Almería abrazadas.
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