Guitarristas, profesores de la Escuela de El Parador, impulsores de Obaroq y enamorados de la música antigua, Belinda y Miguel Ángel son, junto a Manolo Cruz, del Área de Cultura, los directores del Maremusicum.
Vuelta al verano. Comienza el V Maremusicum y lo hace con seis conciertos de entrada libre y en un escenario único. “Volver al verano nos ha permitido que el Castillo de Santa Ana, nuestro monumento, sea, por primera vez, la sede única del festival”, explica Belinda. “También es mejor momento para que el festival pueda ser disfrutado por gente de fuera”. Maremusicum ‘moviliza’ a una gran cantidad de profesionales y aficionados. Sólo en los cursos hay inscritas cerca de 80 personas.
Ambos se muestran satisfechos de haber recuperado también el componente didático del festival, que en cada edición se ‘fija’ en una modalidad instrumental. “Este año se dedica a la cuerda frotada y contará con la colaboración de Emilio Moreno”, explica Miguel Ángel. Un mimado programa que impulsa la afición que se ha creado en el muncipio y que responde a cada propuesta.
Los inicios. Una afición que ha ido creciendo de la mano de Maremusicum y también de la orquesta barroca Obaroq. Ambas iniciativas nacieron casi a la vez, cuando un grupo de profesores de la Escuela y músicos relacionados con ella propusieron crear la primera orquesta en Almería que tocara instrumentos de época con criterios historicistas. “El apoyo del ayuntamiento ha sido absoluto desde el principio”, comenta Belinda.
De forma paralela, los miembros de Obaroq se implicaron en la organización del Maremusicum colaborando con su anterior director, Carlos González. “El Ayuntamiento apostó, tenemos unos patrocinadores que repiten y lo hacen posible, y ya estamos en la quinta edición”. También fundamental, subrayan, ha sido el apoyo y trabajo de Manolo Cruz, director del Área de Cultura, que coordina con ellos el festival, y que es otro enamorado de la música antigua.
La diversión. Una música que llama la atención por “sus intrumentos , así como por su sonoridad y el repertorio es muy atractivo”, explica Miguel Ángel, quien asegura que las etiquetas de “clásica”, “culta” o “antigua” no corresponden en absoluto a una música aburrida: “No hay más que comprobarlo en los conciertos del Maremusicum”.
El primero, mañana lunes, ofrecido por la Real Cámara con la dirección del propio Emilio Moreno “tiene un programa muy divertido, de música festiva de tonadillas y zarzuelas, muchas cogidas del pueblo, ejemplo de cómo entonces las artes estaban más entrelazadas entre sí”.
La guerra. El martes se producirá una batalla entre la viola de gamba y el instrumento en el que evolucionó y con el que coincidió un tiempo: el cello. “Los italianos se decantaron por el cello mientras los franceses mantenían la viola. Algo que escenificarán solistas de la Orquesta Barroca de Sevilla, y habrá reconciliación”, ríe.
Descubrimientos. Otro instrumentopor descubrir será el fagot y sus predecesores, bajón y bajoncillo, de la mano de Ministriles de Marsias, el jueves. Al día siguiente, los alumnos de los cursos del festival ofreceran un concierto para abrir un fin de semana irrepetible.
El sábado con sabor local, ya que la Joven Orquesta Barroca de Andalucía será dirigida por Michael Thomas y contará con el roquetero Juan Francisco Padilla como solista en la tiorba y el laúd.
Y el domingo con el concierto más llamativo del ciclo. “Música Ficta presenta ocho voces y arpa para descubrir la música que se hacía en el Nuevo Mundo, en la época colonial. Será algo único”, considera los organizadores.
Propuestas que, seguro, volverán a atraer al público que hace del Maremusicum un festival joven pero ya imprescindible.
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