Es posible que la comida italiana sea el primer paso dado a la hora de conocer por primera vez el mundo de la gastronomía internacional. La humildad de sus productos, el frescor de sus sabores y una tradición culinaria guardada celosamente por 'le nonne' (las abuelas) hace al comensal sentirse cómodo y cómo en casa. Ni que decir tiene que un restaurante italiano, es un escenario propicio para disfrutar de una velada con amigos o en pareja. Una Pizza, pasta, botella de vino y crostini sobre un mantel y no falla, he aquí el escenario oportuno para marcarse un tanto. Porque es posible que la comida italiana le gusta a todo el mundo, pero y si ¿te invitasen a desayunar a un restaurante italiano? Responder a esta pregunta es posible en 'Buono. La bella vita italiana' donde sus tostadas de masa madre con café espresso de grano 100% Arábica de Etiiopía te esperan en frente del mar.
La aportación de 'Buono' al desayuno almeriense puede medirse sobre tres elementos, la tradición cafetera de la que Italia hace gala, y los cruasanes y tostadas que salen del corazón del obrador del restaurante. Este establecimiento italiano ofrece a todo amante del desayuno una experiencia diferente con un marcado sabor al país alpino en las rebanadas cuadradas y crujientes de sus tostadas de masa madre. No hay que alarmase al ver la forma o tamaño del pan, según explica Antonio Santacroce, uno de los propietarios y chefs de 'Buono', "las rebanadas de pan tienen el mismo gramaje que cualquier media". Al abrir su carta se pueden encontrar 14 tipos diferentes de tostadas divididas en dos bloques definidos por los conceptos 'tostada' y 'tostada proteica'.
Antonio Santacroce recibía a La Foodineta con una selección de tostadas que variaban de lo clásico y sencillo, como la tostada mixta de mantequilla y mermelada de fresa casera, elaborada en las cocinas de 'Buono' hasta otras con sabores más elaborados como la tostada con base de guacamole casero, salmón ahumado, pequeñas bolas de 'ricotta' y huevo duro, especial para amantes del deporte. Pero son las dos tostadas intermedias que el chef abruzzese nos propone, las que merecen tirar del freno de mano de La Foodineta, para detenerse a analizarlas, porque hemos llegado a Italia.
Italia en forma de tostada
A la izquierda sobre el plato Bolonia, y a la derecha Lombardía. La primera tostada es una propuesta de pan de masa madre, picadura de pistachos sobre rodajas de mortadela y crema de cuatro quesos (2.90€). y a la izquierda una tostada de finas lonchas de Bresaola (fiambre de ternera con dos o tres meses de curación) con escabas de queso 'Parmigiano Reggiano' con 12 meses de curación y Aceite de Oliva Vírgen Extra y limón (2.90€). "Tener Parmesano Reggiano es un lujo para Almería. No conozco otro sitio en la ciudad donde lo tengan. Éste en concreto lo traemos nosotros directamente de Italia con la 'Buononeta' (nombre cariñoso de la furgoneta de logística del restaurante)", explica Santacroce.
Como sugerencia del chef, Antonio Santacroce aboga por un croissant relleno de mermelada de albaricoque acompañado por un capuchino. Un guiño a la tradición italiana de consumir productos dulces durante el desayuno y "no salados como en Almería", sonríe el empresario de Sulmona. Sin embargo, yo, fiel al desayuno saldo, apuesto por la tostada de Bresaola, 'Parmigiano', AOVE y limón con un café sólo. O la tostada de masa madre de mortadela y pistacho con capuchino. Combinaciones que salen al consumidor por 4.10€ y 4.70 respectivamente.
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