El histórico bar de El Zapillo que cambia de manos

"Ha sido mi vida, con épocas buenas y otras malas, pero siempre trabajando y luchando". Con esta frase intenta resumir Ramón, notablemente emocionado, más de medio siglo de vivencias en el bar que a principios de los 70 fundaron sus padres, a los que ayudó desde que era un crío. Desde que abrió sus puertas siempre ha sido uno de los negocios hosteleros con más solera del barrio de El Zapillo, pero sus llaves acaban de cambiar de manos. 

Tras cerca de cuatro meses cerrado, el bar 'Los Ángeles', ubicado en la Plaza Carabineros, volverá a levantar su persiana en breve, aunque por primera vez lo hará bajo una dirección ajena a la familia Ruiz Nieto. A sus 63 años de edad y después de décadas gestionando el negocio, Ramón ha optado por el traspaso. "He decidido dejarlo, aunque me ha costado bastante", admite a La Voz de Almería en la puerta de este local referente de la hostelería almeriense que ha destacado por su variedad de tapas y raciones de pescado y carnes, pero también por ofrecer sabores tradicionales como migas, trigo o guisillo, entre otras muchas cosas.      

Una clientela fiel

El mundo de la hostelería es duro y exige un gran sacrificio diario. Ramón lo conoce muy bien. Tomar la decisión de dejarlo no ha sido nada fácil, sobre todo teniendo en cuenta que 'Los Ángeles' es un vínculo familiar, parte de su ADN, pero sabe que ya era hora de soltar las riendas de este bar por el que se ha desvivido desde que tenía 10 años y del que se marcha con la cabeza bien alta y, ante todo, agradeciendo "la fidelidad de mis clientes", convirtiéndose muchos de ellos "en amigos".  

Los Ángeles siempre ha sido un típico bar de barrio, donde la cercanía con el cliente y la apuesta por la gastronomía de toda la vida han sido los pilares fundamentales que lo han mantenido al pie de cañón durante tantos años, pese a la gran competencia que ha tenido en la Plaza Carabineros, un espacio entre grandes edificios que hasta hace no mucho tiempo estuvo 'escondido' por un muro que lo separaba de la Avenida Cabo de Gata. Ahora es una zona abierta, de paso constante de personas que buscan el Paseo Marítimo o sentarse a tomar unas tapas.

Desde que los Ruiz Nieto inauguraran su bar hace más de cincuenta años, han atendido a una cantidad incalculable de clientes. También han tenido una larga lista de empleados y empleadas, como el caso de Paco, que trabajó codo con codo con Ramón durante nada menos que once años y que siempre sabía como sacar una sonrisa al cliente. "La hostelería ha cambiado mucho, cada vez se me hacía más complicado encontrar camareros profesionales y comprometidos", recalca como uno de los motivos, entre otros tantos, que han hecho que la balanza de si seguir o no al frente de 'Los Ángeles' se haya decantado finalmente hacia el lado del traspaso.  

Merecido y necesario retiro

Comienza un nuevo escenario vital para Ruiz, de merecido sosiego, con menos preocupaciones y sobre todo con mucho más tiempo para dedicarle a sus seres queridos. "Se abre otra etapa de mi vida. De momento quiero estar tranquilo, disfrutar de mi mujer y mis hijas, que hasta el momento no he podido", confiesa Ramón, que al igual que este negocio, en el que se servía una de las mejores tapas de jibia en salsa de toda la capital, cuelga el mandil y guarda el comandero (desde hace unos años una tablet) como toda una institución de la hostelería en Almería.

Por el momento el bar mantendrá su histórico nombre, pero la nueva regencia exportará desde el Poniente almeriense su modelo de negocio y sus sello propio. "Tengo mucha pena de dejar el negocio, pero creo que se queda en buenas manos con Manolo, su hija y su yerno", reconoce Ramón, que ha traspasado el negocio y ha alquilado el local durante una década a esta familia de emprendedores hosteleros que ahora recoge el testigo de 'Los Ángeles', un bar con los cimientos más que asentados a dos pasos de la playa. Un negocio que siempre ha tenido la particularidad de estar frente al mar, sin estarlo.

Nueva etapa del negocio

Aún se desconoce si los cambios que se harán en este histórico bar serán muy notables, pero según ha podido saber LA VOZ, los nuevos dueños del negocio tienen una gran experiencia en el sector hostelero, destacando que también regentan El Tonel, en Aguadulce. Ramón aprovecha para aconsejarles, para explicarles el funcionamiento de este mesón zapillero que ahora cambia de manos pero en el que siempre quedarán los recuerdos generados bajo la dirección de la familia Ruiz.