En Almería, la tradición de disfrutar de una tapa gratuita con cada bebida es casi sagrada. Sin embargo, en los últimos años, muchos bares han comenzado a cobrar suplementos por las tapas, lo que ha generado un acalorado debate entre los almerienses y empresarios.
Agustín Fernández, un almeriense de toda la vida, expresa su descontento con esta nueva práctica. "Me parece mal que los bares pongan suplementos porque cambia la idea de tapa que siempre hemos tenido en Almería", comenta.
Según Fernández, el precio de las bebidas ya ha subido considerablemente, y para él, un claro ejemplo es el de la caña, que ha pasado de costar 2,50 € a 3 €. "Los suplementos solo tienen lógica en caso de que te pidas algo que es más caro, más bueno o más grande", añade. Este cambio ha afectado sus hábitos de tapeo, llevándole a evitar el centro de la ciudad, donde los precios han subido más, y prefiriendo bares de barrio.
Por su parte, Alejandro Sánchez, otro cliente habitual, tiene una visión más comprensiva hacia los bares, aunque también se siente perjudicado como consumidor. "Lo puedo entender por la parte de los bares ya que tienen que hacer su negocio, pero como consumidor me parece muy mal por la situación actual de la economía", explica. A pesar de ello, no ha reducido sus salidas a tapear, aunque ha optado por cambiar de locales buscando las opciones más económicas.
Alicia Sánchez se muestra totalmente en contra de pagar suplementos por las tapas. "No me parece justo ir a un bar y tener que pagar un suplemento cuando nunca se ha hecho esto en el pasado", dice con firmeza. Además, critica la calidad de las tapas que no llevan suplemento, describiéndolas como "más sosas".
"Subir el precio de las bebidas no es la solución porque ya de por sí son altos", denuncia África Rosado, quien también critica la política de precios, particularmente en lo que respecta a las bebidas. “Un refresco ya cuesta al menos 3 euros”, lo que considera excesivo.
"Desafíos económicos"
El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de Almería (Asahal), Pedro Sánchez-Fortún, defiende la postura de los bares. "No es correcto decir que los bares del centro se centren en precios solo para turistas. La sensación que puede tener la gente se ve más en el centro porque hay más cantidad de bares que en los barrios", explica.
Sánchez-Fortún también resalta los desafíos económicos que enfrentan los bares. "El año pasado la cerveza subió en tres ocasiones, con un incremento de precio por encima del 20 %". Además, menciona que "la subida de salarios ha influido en los precios, una medida que, aunque necesaria, también ha tenido impacto en los costos operativos”.
Finalmente, Sánchez-Fortún asegura que "los establecimientos intentan no excederse con los precios" y que estos aumentos están por debajo del Índice de Precios de Consumo (IPC). "Cada establecimiento tiene su propia política", concluye.
Mientras tanto, los almerienses continúan adaptándose a esta nueva realidad, donde el tradicional tapeo, una parte esencial de la vida social de Almería, está en constante evolución y enfrentando nuevos retos. Esta adaptación no solo se refleja en la elección de los lugares de tapeo, sino también en la actitud general hacia la experiencia del tapeo en sí misma.
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