Dónde desayunar en Almería: una cafetería de 4 estrellas

Existen lugares a los que no se entra porque el pudor a preguntar vence a la curiosidad antes incluso de pisar la primera losa de la entrada. La duda persiste y con ella convive una omisión rutinaria que impide descubrir nuevos horizontes. Este tipo de temor está vinculado a ciertos establecimientos, especialmente aquellos que no disponen de terraza a pie de calle, lo que dificulta al comensal de a pie dilucidar si su acceso está permitido o no. Lo cierto es que sí lo está. Solo hay que vencer esa sensación de incómoda vergüenza, dirigirse a la primera persona que trabaje allí y preguntar: "¿Se puede desayunar aquí?" Con mucho gusto te dirá: "Desde luego, pase."

Uno de esos sitios 'cerrados' a nuestros ojos siempre ha estado ahí, mirando al Mar Mediterráneo y al trasiego de personas que pasean por La Rambla, El Paseo y el Parque Nicolás Salmerón. Nos da la bienvenida sin que lo sepamos. Este lugar es la cafetería del OHTELS Gran Hotel Almería, posiblemente una de las 5 cafeterías con mejores vistas de la ciudad, y me aventuraría a decir que está en el podio.

Antes de continuar, es necesario aclarar que el precio del desayuno mencionado en este artículo podría parecer abrumador "a priori". Sin embargo, con visitas moderadas, puede resultar económico. La suerte favorece a los audaces y si tienes una visita o compromiso que quieras impresionar, o simplemente te apetece darte un capricho de 4 estrellas, este es tu sitio.

El primer paso para desayunar en la cafetería del hotel es identificarse como no inquilino. Acto seguido, dependiendo de la hora a la que llegues, la persona que te atienda te informará que por 14 euros tienes la oportunidad de disfrutar del mismo buffet libre al que tienen derecho los huéspedes del hotel.

El servicio comienza a las 07:30h y concluye tres horas después. Todo lo que exceda de las 10:30h será parte de una carta de desayunos comunes, con café, zumo y tostadas. Pero el buffet es otra historia, posiblemente uno de los aspectos que más disfrutan los visitantes a un hotel.

En las estanterías de la panadería disponen de diferentes variedades: pan de molde, nórdico, rústico, mollete, hogaza, blanco o con semillas. Todos ellos comparten mesa junto a la tostadora industrial, los cereales y las cestas de dulces que exhiben bizcochos, croissants, bollería de chocolate y ensaimadas para mojar en café o en la leche con cacao.

En tu recorrido por el buffet, en el mostrador de alimentos salados podrás encontrar huevos duros, pimientos salteados, tomate gratinado con mozzarella y orégano, champiñones, lomo adobado, chistorra, salchichitas, bacon y las británicas beans (abichuelas estofadas). Justo al lado de este sector se encuentra la plancha donde te harán si así lo pides, tortillas, pancakes, crepes o sandwiches.

Si esto aún te parece poca cosa, el mostrador de cuatro tipos de queso y fiambres varios te sugerirán que montes la tostada que lleves en el plato con quiera de estos productos, pues están situados en un punto estratégico al lado de las mantequillas, 'nutellas', mermeladas y otras salsas dulces adecuadas para el pan tostado. Y ya para culminar el recorrido por el buffet, un poco de fruta de temporada y un vasito de champagne para dar frescor a un festín mañanero.

Como guinda a un desayuno magnífico os voy a revelar un secreto relativo al café que elevará vuestro desayuno a un nivel superior. Con el debido permiso, el personal de la cafetería te dará paso con tu taza a la piscina del hotel. En este momento hay que ser comedido y agradable, ya que no está permitido acceder con alimentos a la zona de baño, así que conviene seguir los consejos de los encargados del establecimiento y esperar a que recojan el buffet. Solo en ese momento podrás beberte el placentero café de la mañana entre tumbonas y sombrillas.

Venir a desayunar al Gran Hotel Almería es una experiencia con un toque de exclusividad y comodidad con grandes vistas.