Carla Vigo, la sobrina de la Reina Letizia, ha reavivado la preocupación entre sus seres queridos debido a su deteriorado estado emocional. A pesar de que hubo signos de mejora en su recuperación, Carla ha regresado a una vivienda tutelada administrada por la organización AISS, que brinda apoyo a personas con problemas de salud mental. Este regreso ha causado alarma entre sus familiares cercanos, como sus abuelos Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, y la propia Reina Letizia, quienes temen que su recuperación esté en un estancamiento.
La actriz Christina Rapado, amiga cercana de Carla, ha expresado su frustración en una entrevista con La Razón. Rapado ha descrito la situación de Carla como una "espiral de autodestrucción", señalando decisiones erráticas que han obstaculizado tanto su progreso personal como profesional. A pesar de los esfuerzos de Rapado por ayudarla, ofreciendo oportunidades laborales como modelaje o participación en el cortometraje Sole, Carla no aprovechó estas oportunidades. "Carla es como una hermana para mí", dijo Rapado, evidenciando su preocupación por el rumbo que ha tomado la vida de su amiga.
Rapado también ha indicado que Carla ha sido influenciada por amistades nocivas, que la han alejado de oportunidades profesionales y la han conducido hacia un estilo de vida dudoso. Un ejemplo de esto fue su decisión de no participar en Sole, un proyecto en el que también participaba Antonio Resines, una decisión que Rapado lamenta profundamente, especialmente porque el cortometraje está teniendo éxito.
Otro aspecto alarmante es la influencia de un supuesto representante, que según Rapado, parece más interesado en explotar a Carla que en guiarla profesionalmente. "Solo le interesa llevarla a eventos para cobrar, sin preocuparse por su bienestar", expresó Rapado. Además, el entorno de Carla la arrastra hacia un estilo de vida fiestero, lo cual no es aconsejable dadas sus circunstancias.
La situación económica de Carla también es preocupante. Su única fuente de ingresos es una pensión de orfandad que recibe tras la muerte de su madre, Erika Ortiz Rocasolano, quien falleció cuando Carla tenía solo seis años. Erika, hermana menor de la Reina Letizia, sufrió de depresión y se quitó la vida, un hecho que ha dejado una marca profunda en Carla.
En diversas entrevistas, Carla ha compartido los efectos del suicidio de su madre en su vida, recordando cómo comenzó a recibir terapia desde joven sin comprender completamente la razón. "Era como si fuera a jugar", mencionó sobre sus sesiones de terapia, y no fue hasta los 12 años que empezó a entender el impacto emocional que este evento tuvo en su vida. "Me sentía mal, pero no sabía por qué", reflexionó sobre la ansiedad y tristeza que experimentó desde temprana edad.
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