El milagro almeriense también es poético

Siempre se habla del milagro almeriense en referencia a cómo la agricultura bajo plástico hizo de nuestro desierto un vergel, la huerta de Europa, pero en la mesa que ayer protagonizaron Isabel Giménez Caro y Raúl Quinto, coordinadores de la Facultad de Poesía José Ángel Valente, se empleó ese mismo término, ‘milagro’, en referencia a la literatura. 

El milagro de los versos del que ambos hablaron se produjo a mediados del pasado febrero cuando Chantal Maillard accionó la llave de esta aula de poesía al reunir a más de 200 personas en un recital en el Centro Andaluz de la Fotografía (CAF). “Tuvimos un arranque muy luminoso y eso fue un milagro, el milagro de la poesía”, expresó Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería (UAL). 

En el marco de la Feria del Libro de Almería, Giménez Caro y Quinto repasaron otros milagros poéticos que antecedieron al que ellos dan forma bajo el amparo de los proyectos Atalaya: la revista ‘Salamandria’ y El Gaviero Ediciones de Ana Santos y Pedro J. Miguel, el Aula de Poesía de Unicaja o los Banderines del Zaguán.

El también escritor Raúl Quinto desgranó asimismo las particularidades de proyectos literarios que coinciden en el tiempo con la Facultad Valente, como ‘Poeta de guardia’, cuyo alma máter es Toño Jerez, y las ‘Dulces tardes poéticas’ de Aníbal García. Y avanzó las que serán sus próximas citas: la visita el próximo día 26 del traductor Ramón Buenaventura y el recital de Pablo García Casado en el mes de junio.