Catherine Deneuve, o la elegancia eterna

Recibe el Premio Almería, Tierra de Cine y deja su nombre en el Paseo de las Estrellas

Evaristo Martínez
01:00 • 14 nov. 2016

Si alguien, en algún momento de su vida, ha sentido la curiosidad de conocer cómo camina, habla, mira, sonríe y respira una diva sólo tenía que haberse dejado caer este domingo por Almería. Porque la tierra del indalo, tan acostumbrada a transformarse en la pantalla en lugares áridos e inhóspitos frecuentados por tipos hoscos y desaliñados, recibió a una de las grandes damas del celuloide europeo y, por extensión, mundial. Una mujer que cantó bajo la lluvia de ‘Los paraguas de Cherburgo’, sufrió entre los claustrofóbicos pasillos de ‘Repulsión’ y se desnudó en cuerpo y alma para convertirse en una eterna ‘Belle de jour’. Así enamoró a varias generaciones de espectadores y también a gentes del cine como François Truffaut y Marcello Mastroianni. “Nunca he presentado a un mito”, confesó Enrique Iznaola, director del Festival Internacional de Cine de Almería, antes de dar la palabra a Catherine Deneuve (París, 1943), que además de recibir el Premio Almería, Tierra de Cine desveló una estrella con su nombre frente al Teatro Cervantes.




“Estoy muy contenta de recibir este premio”, expresó tras recoger el galardón -el primero con la nueva imagen del festival- en la gala inaugural celebrada anoche en el Auditorio Maestro Padilla. 




Lo hizo por haber rodado aqui en 1976 una película de aventuras, ‘Marchar o morir’, dirigida por Dick Richards, que le unió en pantalla con Gene Hackman -“un gran actor pero con carácter difícil”, destacó por la mañana en rueda de prensa-, Terence Hill y Max von Sydow. “Decidí participar en este título porque me había encantado la anterior película de su director, ‘Adiós, muñeca”, desveló.




El apellido de Deneuve va ligado a los de cineastas que han escrito la historia del cine europeo del último medio siglo: Buñuel, Polanski, Truffaut, Von Trier, Melville, Techiné, Ozon... “Viendo todo lo que he hecho, me doy cuenta de la suerte que he tenido como actriz por haber podido trabajar con grandes directores”, confesó tras ver un montaje con algunas de sus interpretaciones más célebres.




El premio honorífico para la actriz gala fue el corazón de la ceremonia de apertura, presentada por ese animal escénico que es Don Mauro y escrita con su humor de precisión y largo alcance por Kikín Fernández. Y no fue el único reconocimiento de la noche: también hubo dos para los equipos de ‘En zona hostil’ y ‘La madriguera’, largometrajes rodados en localizaciones de la provincia.




Javier López Blanco, productor del primero, manifestó su deseo de realizar un preestreno en Almería antes de que el filme bélico llegue a salas comerciales en la primavera de 2017, mientras que Francisco Conde y Kurro González, productor y director del segundo, elogiaron la labor del equipo técnico, que anoche pudo disfrutar de la cinta como cierre de la gala.




Rubén Cortada, protagonista de ‘El signo de Caronte’, que hoy abre el certamen ‘Ópera Prima’; Raúl Mérida (‘En zona hostil’), Adriana Torrebejano (‘La madriguera’) y Andrea Barrionuevo (directora de ‘Club de Reyes’) pasaron también por la alfombra azul. La misma alfombra en la que la Deneuve dejó la huella de su elegancia eterna.





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