El pasado lunes, el Teatro Apolo recibió, dentro de las VI Jornadas Astronómicas de Almería, al futuro director general del Observatorio Europeo Austral. Habló acerca de ‘Observar el espacio en 2030’.
¿Por qué este año?
Es una referencia a la época en la que esperamos tener la siguiente generación de grandes telescopios para abordar algunos de los retos más importantes en la exploración del universo.
¿Por ejemplo?
La astronomía tiene retos por todas las esquinas pero algunos temas tienen un impacto cultural, social y filosófico más importante. Resalto tres: buscar alguna clase de vida fuera; los agujeros negros, una entelequia hace 50 años que hoy usamos como champiñones; y conocer de qué está hecho el universo.
¿Habrá respuestas a lo largo de este siglo?
Daremos pasos hacia delante y se nos abrirán preguntas que no imaginamos. Es posible que descubramos una tierra alrededor de un sol en la próxima década o, como mucho, dentro de dos.
¿La ciencia ficción ha dado en la diana?
Por supuesto. ‘De la Tierra a la Luna’ describe el primer viaje a la Luna y cosas que están ocurriendo en la ciencia espacial de forma asombrosa. En la búsqueda de vida más allá de la Tierra sí tenemos que ser serios: no habrá señores verdes esperándonos. Tenemos que buscar es una forma muy rudimentaria de vida que debió de existir en la Tierra muchísimo antes de que empezara a haber vida celular e incluso bacteriana. Quizás ni sepamos reconocerla.
¿Cómo afronta su nueva etapa como director general de la Organización Europea Austral?
Con mucha ilusión pero siendo consciente de que es un gran reto. Este organismo es intergubernamental, de él forman parte quince países, tiene 54 años de historia, ha tenido éxitos espectaculares, construyendo los telescopios más potentes que hay sobre la faz de la tierra. Ahora, sin desatender esto, tenemos que construir el siguiente paso: el Telescopio Extremadamente Grande (E-ELT). El objetivo es que apunte al cielo por primera vez a final de 2024.
Uno de esos grandes telescopios de los que me hablaba antes.
Con esta batería vamos a barrer todo el espectro electromagnético, desde las ondas de radio hasta los rayos gamma más energéticos. La siguiente generación de astrónomos va a investigar el universo con estas herramientas.
Esperemos que haya algún español como usted. ¿Cómo vive estos tiempos?
Con preocupación. En los 70 se publicaban al año unos 20 artículos científicos en astronomía de españoles; ahora vamos a llegar a los mil. Pero seguimos teniendo la mitad de investigadores en astronomía por millón de habitantes que Reino Unido. El caldo de cultivo es excepcional pero hay que seguir incorporando los investigadores que dentro de 15 años exploten las infraestructuras que estamos construyendo.
¿Cómo valora el trabajo que se hace en Calar Alto?
Es muy importante. Calar Alto tiene un instrumento, CARMENES, para ver movimientos reflejos de la estrella alrededor de la cual orbitan planetas fuera del Sistema Solar. Necesitas instrumentación y un telescopio dedicado casi todo el rato. Eso, por ejemplo, no lo podremos hacer con el E-ELT.
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