Madrid, la ciudad de las mil caras

Son muchas las razones que motivan a los andaluces a desplazarse hasta la ciudad del Oso y el Madroño, desde planes de ocio y cultura, gastronomía, por trabajo o para realizar viajes internacionales. Entre enero y septiembre de 2017, más de 5,2 millones de viajeros han utilizado el tren para desplazarse entre Madrid y Andalucía, esto supone un crecimiento del 4,5% con respecto a la misma época del año anterior. Estos resultados corresponden a los usuarios de los trenes Ave de Sevilla y Málaga, Alvia de Huelva y Cádiz, así como los Altaria de Algeciras y los trenes Talgo de Almería.

En los últimos años, una gran atracción turística en Madrid ha sido el musical El Rey León que durante los 6 años que ha estado en cartelera ha recibido a 3 millones de espectadores. Quique Comyn, responsable de prensa de Stage, productora del musical, ha confirmado que generalmente entre un 35% o un 40% vienen de otras ciudades a ver los espectáculos, pero en el caso concreto de este musical, se han desplazado de fuera entre un 75% y un 85%.

Un dato muy significativo para entender la forma de viajar de hoy en día. El Ave ha logrado que la gente pueda ir y volver invirtiendo mucho menos tiempo en el trayecto. Renfe pone en servicio 78 trenes de Alta Velocidad y Larga Distancia cada día laborable para enlazar la Comunidad andaluza con Madrid. El recorrido que más usuarios ha registrado en este periodo ha sido entre Sevilla-Madrid con 2.311.000 personas. El segundo servicio más demandado ha sido el trayecto entre Málaga-Madrid con 1.764.000 usuarios. Los trenes de estos dos trayectos suman más de 4 millones de viajeros entre enero y septiembre del 5,2 millones de pasajeros totales.

El servicio prestado por Alvia entre Madrid y Cádiz ha acaparado un total de 648.000 viajeros; en Huelva en lo que va de año han viajado un total de 163.000 personas, superando la cifra del año anterior completo, 160.000. El tren Altaria entre Madrid y Algeciras ha acumulado 180.000 viajeros y el talgo entre Madrid-Almería superó los 148.000 clientes.

¿Qué pueden hacer en Madrid?

Madrid es una ciudad muy polifacética, pueden encontrar cualquier tipo de plan para hacer. Si son del 75% que ya ha disfrutado del El Rey León, hay en cartelera otros grandes clásicos convertidos en musical como El Guardaespaldas
(Teatro Coliseum) o Billy Elliot (Teatro Alcalá). Bien es cierto que no es el único plan, si son de los que prefieren reírse un rato en vez de echar una lagrimilla, disponen de una amplia oferta de monólogos. La Chocita del Loro es uno de los templos de la capital para pasar un rato de muerte, siempre hay algún cómico dispuesto a que olviden los problemas. Los amantes del flamenco también pueden encontrar un plan a medida, a través de Renfe Viajes pueden optar por coger el pack de tren + tablao donde tendrán la opción de elegir entre dos de los más famosos de la capital, Cardamomo (Echagaray, 15) o Casa Patas (Cañizares, 10). Pero antes de cualquier plan, prepárense para llenar bien el estómago que como decía Benito Pérez Galdós están en ‘los madriles’ y aquí se come muy buen cocido. Uno de los sitios más
recomendados para degustarlo es la Taberna La Bola que siguen cocinando a fuego lento con carbón de encina y lo sirven en barros individuales.

El origen de las bravas

Las patatas bravas son una de las raciones más típicas de Madrid para irse de cañas. El origen está disputado entre varias tabernas, aunque lo que se sabe seguro es que surgieron en la capital. Uno de los locales que reclama su origen, Vinícola Aurora Barranco se ha convertido en la taberna Las Bravas, famosa por su salsa que, por cierto, tienen patentada. Se encuentra en un lugar muy céntrico, en el conocido ‘Callejón del Gato’, muy próximo a Sol. No se puede confirmar si fueron los primeros, pero merece la pena probar su plato estrella. Además, es un lugar con mucha historia detrás. Antes de ser un bar, fue una tienda con dos espejos en la fachada, uno cóncavo y otro convexo. ¿Les va sonando la historia? Valle-Inclán pasaba mucho por dicho callejón y se sorprendió ante la reacción de la gente al
mirarse en ellos. Esas imágenes crearon en la mente del escritor retratos esperpénticos que terminó trasladando a la literatura a través del personaje Max Estrella en ‘Luces de bohemia’. 

A día de hoy, pueden pasar por el callejón y seguir mirándose en los espejos, aunque son una réplica, los originales están protegidos dentro del local desde que en 1998 los hicieron añicos.