Cómo conservar tu pascuero intacto después de las fiestas

Dice el refrán que “en tu casa el rojo y el verde no han de faltar, si la suerte no quieres espantar”. Casualidad o no, precisamente son estos colores los que luce la tradicional Flor de Pascua. Esa que trae suerte si te la regalan y que solo unos pocos logran conservar pasadas las fiestas navideñas. ¿Pero de verdad su vida es tan corta como la mayoría cree? “En realidad, los pascueros pueden alcanzar varios metros de altura si se cuidan y se trasplantan cuando empiezan a crecer”, afirma Javier Carreño, gerente de Detalles Arte Floral.  

Aunque la Flor de Pascua o Poinsetia está preparada para sobrevivir en interiores y exteriores, hay que tener en cuenta una serie de directrices para su supervivencia. “Se trata de una planta que no es amiga de la calefacción”, declara Luis Ruiz, dueño de la Floristería Toñi, que aconseja ubicarla en un lugar muy luminoso y húmedo para evitar la caída de sus hojas. “También es sensible al exceso de frío, así que lo mejor es mantenerla a temperatura ambiente –unos 22ºC por el día y 16ºC por la noche–”, recomienda.

En cuanto a la forma de riego, Carreño y Ruiz coinciden en que lo idóneo es colocar la maceta sobre un plato con agua una o dos veces por semana. Tras quince minutos, se debe retirar el recipiente con lo que no haya absorbido. “Así evitaremos que se ahogue y se pudra la raíz”, explica Carreño, a la vez que confiesa que “este es uno de los errores más frecuentes que se cometen”.

Reconocida por ser una de las plantas más exóticas y elegantes, la Flor de Pascua responde al nombre científico de Euphorbia Pulcherrima, que significa “la más bella”. A pesar de que su origen es mexicano, su fama se ha extendido a nivel mundial y ya hay productores en El Ejido que la cultivan. En la actualidad, el pascuero es un auténtico símbolo de estas fiestas, siendo el arbusto más vendido durante Navidad. 

Para traer buena suerte a los almerienses, el Ayuntamiento repartió dos mil pascueros el pasado 20 de diciembre. Un regalo lleno de vida y buenos deseos.

Detrás de esta apuesta segura, existen alternativas para salirse de lo tradicional y no perder el toque navideño. Carreño y Ruiz se decantan por centros que contengan “acebo o pinsapo”. Sin olvidar el muérdago, que hay que mantener en el interior de la puerta de entrada de casa y quemarlo el 13 de diciembre del año siguiente, coincidiendo con el día de Santa Lucía.